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03 diciembre 2008

El Teletón o de cómo ser caritativos sin apagar el aire acondicionado

Por Juana Jota

“la tele-caridad es inseparable de la excitación que procura la grandeza de los buenos sentimientos… en ocasión del Teletón, las donaciones fluyen a ráfagas, se recogen y se contabilizan… los récords logrados se muestran cada cuarto de hora: la caridad se ha convertido en uno de los más grandes, de los más mediáticos espectáculos contemporáneos apoyándose en la lógica de la hazaña.

Olimpiada de la beneficencia, maratón del corazón: hay algo de competición en estos shows filantrópicos que vibran a la espera de los récords, de la curiosidad de las realizaciones humanitarias, de la efervescencia de las acciones continuadas… el público de los shows de caridad no está cautivado por la moralización en sí misma sino por la espiral de los gestos del corazón, el espectáculo del trofeo de las donaciones, la excepcional diversidad y condensación de las personalidades generosas de sí mismas, el atletismo del compromiso de todos” (Gilles Lipovesky)


Una vez más, desde hace unos años, este fin de semana los habitantes de este País de Mierda (en adelante PdM) hemos asistido a una nueva edición de uno de los ejercicios de exploitation¹ más repugnantes inventados en los últimos años: la Teletón.

Pero empecemos por el principio. ¿Qué es la Teletón además de un desagradable ejercicio de lo que el filósofo francés Gilles Lipovesky llama la “tele-caridad”? La Fundación Teletón fue fundada hace 25 años por Mario Kreutzberger, un oscuro personaje cuyo nombre artístico no es otro que Don Francisco, artífice de engendros televisivos repulsivos diseñados para lo que en EEUU se conoce popularmente como “latinos”, en su mayoría imbéciles analfabetos que se metieron por la frontera hacinados en camiones con el único objetivo de limpiar sábanas sucias en hoteles yanquis y hablar maravillas de la “tierra de oportunidades” cuando son sistemáticamente tratados como basura descartable.

La brillante idea de Don Francisco fue llevar adelante “una maratón televisiva para recaudar fondos para la Sociedad Pro Ayuda del Niño Lisiado”, según dice en el sitio web. O sea, aumentar exponencialmente el rating de su patético Show de Don Francisco sin que se le cayera una idea, darse dique de buena persona y filántropo y hacer trabajar a cientos de personas gratis, todo mientras usaba de manera escandalosa a cuanto niño deforme, lisiado o retrasado encontraba por ahí.

Pero todo esto se hubiera quedado en Chile de no haber sido porque a algún reverendo imbécil se le ocurrió la brillante idea de traerlo a Uruguay con el auspicio de, en principio, dos de los canales privados (10 y 12). Pero la trascendencia fue tal que el canal 4 -siempre preocupado por la desgracia ajena desde todos los ángulos posibles-, vio que la cosa había sido un exitazo y también se trepó al carro. Y tres de los clanes más explotadores y mediocres que hay en este país, históricamente peleados para la tribuna y amigados cuando conviene, volvieron a unirse. Pero ojo, esta vez no es por plata... No no, es por una causa noble: los discapacitados. Una ternura, ¿no les parece?

Hasta ahora todo bastante repugnante pero muy ajeno, muy culpa de otros. Lo que motiva mi indignación no es ese aspecto sino el hecho de que lo realmente desagradable es el éxito que tiene el Teletón y la cantidad de gente que uno podría considerar “normal” e incluso “pensante”, que comenta compungida episodios que ocurren durante esa inmunda transmisión. Gente que asegura llorar todos los años, gente que se conmueve con historias particulares, con niños con parálisis cerebral y la épica historia de sus padres que POR SUPUESTO Y SIN EXCEPCIONES son pobres e ignorantes (ya sé, ya sé, me van a nombrar a la hija de Emiliano Cotelo y yo les voy a recordar que su madre es empleada de uno de esos canales, etc.). Porque la gente que tiene plata y una educación que le permite niveles mínimos de discernimiento, NUNCA es la que explotan en televisión para que todos demos rienda suelta a nuestro morbo y nuestra culpa reprimida.

Lejos de ser buena cosa, este tipo de programas o episodios de tele-caridad potencian la “caridad (palabra que de por sí es bastante asquerosa) indolora” o incluso la “ayuda con yapa”. La idea de que somos buenas personas si una vez por año compramos una hamburguesa (igual a la que comemos varias veces en esos 365 días) y con eso contribuimos al bienestar de niños enfermos de cáncer. O como en este caso, que si permitimos que una vez al año un grupo de infantes con enfermedades o situaciones que normalmente nos aterran, nos producen miedo y profundo rechazo, entren a nuestra casa a través del televisor -porque somos taaaaaannnn buenos y políticamente correctos que los consideramos tan normales y tan iguales a nosotros aunque sabemos en el fondo de nuestro ser que si supiéramos que vamos a tener un hijo así la mayoría no dudaría en hacerse un aborto-, todavía encima discamos un 0900 para donarles 150 pesos.

Todo esto mientras lloramos emocionados con sus historias de vida y acompañamos a Victoria Rodríguez, Petinatti e Ignacio Álvarez (rey de la exploitation uruguaya si los hay) en sus palabras de admiración hacia la fuerza de voluntad que transpiran las gestas humanas que relatan. Y por si fuera poco, podemos vibrar con el suspenso que conlleva ver si se llegó o no la cifra de dinero que antes de empezar el maratón se estableció como la meta (siempre superada ampliamente para reforzar la idea de que somos una sociedad buena y enormemente caritativa).

Cuando termina, seguimos frente al televisor mirando el programa de Tinelli con la misma actitud y el mismo morbo. Pero nos sentimos mejores personas, llenas de amor por nuestros congéneres aunque sean pobres y freaks. Y ese sentimiento es tan grande que no necesitamos reforzarlo saliendo del cómodo living con calefacción a remangarnos y renunciar a un solo fin de semana, a dos horas de nuestro ocio para ayudar a alguien en serio, para verlo de cerca, para tocarlo y, horror, que nos toque. Tan grande es el sentimiento que dura otro año dónde podemos permitirnos hacer de cuenta que nada de eso existe y esquivarlos en la calle mirando para abajo. Como una vacuna, la bondad inoculada por televisión dura 365 días. Exactamente hasta el próximo Teletón.

¹ En cine se llama exploitation film a una película que se promociona o se construye apoyándose en la explotación de temas que producen o potencian el morbo (sexo, drogas, escenas o personas en extremo bizarros, repugnantes, desagradables, etc.).

34 comentarios:

Diego Estin Geymonat dijo...

Claro, catalogar a todos los trabajadores mexicanos indocumentados de Estados Unidos de "imbéciles analfabetos" ayuda un montón al desarrollo de una conciencia crítica y transformadora de nuestras inmundas sociedades.

Anónimo dijo...

todavia no degluti el post por entero, pero que asquete el comentario "...“latinos”, en su mayoría imbéciles analfabetos que que se metieron por la frontera hacinados en camiones con el único objetivo de limpiar sábanas sucias en hoteles yanquis y hablar maravillas de la “tierra de oportunidades” cuando son sistemáticamente tratados como basura descartable". Tan burdo, clasista e ignorante que huelga todo comentario.

rulo

Fd. dijo...

Comparto todo lo que dice Míster J. pero yo lo hubiera puesto en segunda persona del singular o tercera persona del plural. El poner "...todo esto mientras lloramos emocionados..." lo involucra a el autor en la crítica y pierde un poco de gracia.
Igual sé que es una costumbre nomás, supongo que este será también el caso (o capaz Míster J. sí vio la Teletón).

Saludos.

Robertö dijo...

Tinelli le dio una inteligente vuelta de tuerca al asunto con el tema de los "sueños", donde la gente vota "famosos" para seguir recaudando para los "sueños", y creo que solo beneficia a uno de ellos con un artículo que necesiten. El resto es recaudación y beneficio para la empresa. La gente lo ve y lo premia y muchos contribuyen por medio de el teléfono. Por algún extraño mecanismo psicológico, mayormente no apagan el televisor.

Respecto a la teletón lo que me golpea particularmente es la promoción de la generosidad, el hecho de fulano de tal o la empresa cual donó tanto efectivo. Es generosidad o lleva otro nombre?
Nos formamos en un mundo donde era un valor la contribución silenciosa y anónima a la resolución de problemas sociales. Contribuir por marketing es directamente repugnante.

Tiene que producir reflexión el hecho de que si uno se cruza con un a madre de 13 años con su niño a cuestas uno mira para otro lado y si se lo suplica Petinatti a los gritos agarra el telefono para poner 200 pesos. Indudablemente la televisión entraña un poder muy estudiado que a mí al menos,me ha hecho optar por dejar de encenderla.

Un apunte. Bizarro para rae es valiente o generoso lo que hace contradictorio el mensaje final para un lector que no viva en el Río de la Plata. Aquí se usa como extravagante y casi en el 100% de los casos para mencionar actos referidos a cosas divulgadas por la televisión en los últimos siete u ocho años.

Anónimo dijo...

Mirá, el post te quedó re-lindo, muy radical, anti-sistema y transgresor (además de profundo, porque citas a Gilles L., un grosso). La realidad, querido, es que te guste o no esa tele-caridad levantó un centro que ayuda a cantidad de gente con diferentes problemas. Y lo mismo, la hamburguesa, que le termina dejando mucha guita a la fundación Peluffo Ghiguens, que se vuelca a ayudar niños con cancer.
Don Francisco será lo que será, y los clanes detras de los canales también, pero en esto tenés que ser resultadista, y la realidad es que hay un resultado positivo. Probablemente nunca te haya tocado tener que recurrir a ninguno de los dos centros, y ojala nunca te pase, pero si hubieras tenido que hacerlo, probablemente pensaras de otra forma, y tuvieras posters de Don Francisco, los Romay y los Cardoso adornando tu cuarto.
Hay veces que está bueno hacerse el radical zarpado y tirarse contra el establishment, y hay veces que quedás meando afuera del tarro. Lo importante es distinguir una oportunidad de la otra. Saludos, Anon 11:51

Anónimo dijo...

Tanto comentario me emociona.... Lo de los “latinos” es como la gente que necesita que inmediatamente antes de una metáfora le avisen que lo que viene a continuación es una metáfora. Es claro que se refiere a un estereotipo directamente ligado al tipo de personas que asisten a los programas de Don Francisco y a la idea que en Estados Unidos se tiene de lo latino, muy imbricada –mal que les pese a algunos– con la idea de inmigrante ilegal, personal de servicio, analfabeto, ignorante, y con tasas de natalidad gigantescas, o bailarín y cantante con caderas anchas (el ultimo libro de Samuel Huntington es un ejemplo) así como lo árabe está por ejemplo ESTEREOTIPADO en un terrorista islámico.

Emerre: el uso de la primera persona del plural es adrede. Y lo es porque creo que todos somos un poco responsables de estas cosas y porque siempre es mucho más fácil ver la mierda en los demás que aceptar que uno también tiene la ropa salpicada.

Al Anon este no da ni para contestarle... Las tacticas cotugnanas de terrorismo verbal y “si te pasara a vos entonces no dirias lo mismo...” son de una pereza intelectual absolutamente somnífera.Aunque si te aclararía algo, no creo ni un minuto que lo que escribí sea radical o zarpado y mucho menos anti establishment. Prueba de ello es que no es un invento mio sino de un filósofo francés que vende millones de libros por año editado por una de las editoriales más grandes del mundo.

PD. Aclaro que Juana es nombre de mujer...

Sebastián dijo...

Cuánto odio, cuánta amargura, cuánto resentimiento... mirá que esto es muy malo para la salud che.
Me gustaría saber a qué le llamás vos "ayudar en serio" a los discapacitados, y si acaso harías algo, siquiera hablar de ellos en un blog, si no existiera la Teletón.
Personalmente como programa me parece inmirable -como el 90% de toda la programación televisiva por otra parte; será que tengo una deficiencia en el sentido del morbo. Pero sí he puesto algunos peso de una forma u otra, y no me siento inoculado de nada, al menos no lo suficiente como para tirar mierda sobre lo que otros hagan al respecto.

Cacho_vela_crush dijo...

toy raro ultimamente me gustan los posts, que no salga uno mas atacando las licencias literarias como la de llamar latinos de mierda putos a todos los que van a estados unidos y a donde sea, creo que es muy explicativa y no es racista, dejen de ocuparse de las formas, y bo sebastián ya sabes lo que es ayudar en serio, no vengas a preguntar como codorniz recien despavilada que seria ayudar en serio, en el mundo serio en el primero el estado el único que puede hacer algo ayuda y la otra forma de ayudar en serio y la que mas nos llena de bondad es ser millonarios y asistir a frivolos desfiles de pieles de nutria y donar un milloncito cada uno en vez de esta grasada de comer hamburguesas y soportar a petinatti, tengo ganas de decir cosas horribles pero siempre son menos horribles que las que digo cuando pienso que soy serio asike por aca me quedo.

buen post explicativo

PD: van 3

Anónimo dijo...

una grosa juana jota, te cita al vejete frances, al ladri de huntington, y encaja un "...la gente que necesita que inmediatamente antes de una metáfora le avisen..". ilumine, maestra!

Anónimo dijo...

Me gustaría saber por qué es de una "pereza intelectual absolutamente somnífera" tratar de ponerse en el lugar del otro. O sea, por qué es de una pereza intelectual tratar de imaginar que si me tocara a mí o alguien querido tener un hijo o hermano con algún problema serio, tal vez no evaluara la situación de la misma manera. A mí tampoco me gusta la transmisión. No la miro, ni la miré NUNCA. Tampoco contribuí alguna vez llamando. Opino que debería haber una política de estado que, con los impuestos de todos, sustentara económicamente a niños y adultos discapacitados. Pero el Estado se hace el sota. Se podrá afirmar que hechos caritativos como este contribuye a que el Estado siga omiso. ¿Pero qué se hace mientras esperamos que el Estado se ponga las pilas y encara? ¿Se deja de juntar plata para que los discapacitados sufran aún más de lo que sufren? No apoyo, pero tampoco me creo el Rey (o la Reina) del Fainá por prender la computadora, escribir una diatriba como esta y luego seguir como siempre. O sea, hacer lo mismo que se le critica al resto de la "sociedad". Sobre los inmigrantes latinos es imposible hacer de esos millones y millones de personas una masa homogénea de analfabetos e ignorantes. Está bien, Juana explica que no, que es en realidad una manera de dar cuenta de un estereotipo que existe en Estados Unidos sobre el latino. Con todo respeto: minga. En Estados Unidos viven 300 millones de personas, con un montón de opiniones, prejuicios y estereotipos distintos. La imagen que se tiene en Estados Unidos de los latinos es tan variopinta como la que tenemos acá de lo que es un yanqui.

Anónimo dijo...

Pa, que te paso? Sin dudas debes haber tenido una vida muy complicada, es lo único que puede explicar que seas tan dura y despectiva en tu forma de hablar.

No creo que nadie que necesite una silla de ruedas se vaya a ofender porque quien se la esta regalando le diga su nombre, en vez de hacerlo de forma anónima. Y si dice su nombre, igual es un buen trato, o no? Salen ganando las dos partes.

La verdad que me llama la atención como nunca nadie hace nada por la gente necesitada y ni bien ven a alguien que sí se preocupa por ellos, enseguida salen a dar palo. Porque Don Francisco podrá o no tener segundas intenciones, pero por lo menos ayuda, vos, a cuanta gente ayudaste en tu vida?

Y ojalá nunca tengas un hijo deforme, lisiado, retrasado o con parálisis cerebral (me tome el atrevimiento de usar tus propias palabras), debe ser algo muy doloroso...

Anónimo dijo...

Querida Juana Jota, a mi como judío me emociona que me tildes de "cotugnano". Igual nunca rebatís la afirmación central de mi comentario, y es que estas bostas televisadas recaudan, y en definitiva ayudan, al menos ayudan mas de lo que ayudas vos metida entre tanto Lipotevsky y Huntington (Samuel, un maestro de la oportunidad, antes del 11/9 no lo conocía ni la madre, ahora es es el gurú de gente como Juana).
Y si, te reitero, sos ultra radical, y anti-establishment total, re-grossa y salada, te estan buscando la CIA e Irma Leites, los primeros para llevarte a Guantánamo e Irma para que el firmes el autógrafo. Besitos, linda, Anon 04:49

Anónimo dijo...

Fabián: lo que es pereza intelectual somnífera no es ponerse en el lugar del otro –lugar que incluye que te usen asquerosamente para hacer plata directa e indirectamente– sino pretender legislar o contruir conductas colectivas sobre esa base. Ejemplo de esta patología es la idea brillante de Mujica de encerrar “a prepo” a drogodependientes. Yo no dudo, y lo entiendo profundamente y me pongo en su lugar y todo eso, que una familia desesperada porque su hijo es victima de una adicción pida a gritos que el Estado lo encierre obligado y lo recupere pero esa JAMAS puede ser la base de una política de Estado. Con ese criterio habría que condenar a muerte a los tipos que les pegan a sus mujeres porque podemos como humanos entender y acompañar que una mujer le encaje tres balazos al hijo de puta que la caga a palos.

Respecto al estereotipo latino voy a hacer la última referencia. Seguro que vos Fabián tenés toda la razón en que la imagen es muy variopinta.... mirar diez minutos de un canal yankee para “latinos” confirma profundamente tu hipótesis. Y aclaro porque parece que es necesario que con esto nadie dice que todos los latinos en Estados Unidos son eso sino que ese es el estereotipo que se tiene de como son lo que es, para ser bien políticamente correctos como parece ser lo necesario, profundamente injusto.

Al resto:
La verdad me deprime tener que decirlo en estos términos tan pedestres pero la cuestión es la siguiente, lo que escribí apuntaba a plantearme qué clase de sociedad somos cuando entendemos la ayuda a otros como uno más de millones de actos de consumo. A preguntarse cuál es nuestra idea de interacción y de relacionamiento con los demás cuando la idea que tenemos de sacrificio por otros es discar un 0900 o comernos una hamburguesa. No a discutir si está bien o no darle una silla de ruedas a alguien que la necesita.


Después respecto de las berretas agresiones sobre mi posible historia de vida, si ayudo o no o si merezco o no tener hijos discapacitados la verdad...que poquito.

Tampoco voy a pedir disculpas porque me guste leer y dos por tres entienda que gente que se dedica a pensar como trabajo dice ciertas cosas mejor que yo.... Realmente ese es otro tema bastante triste de este país, la extendida lumpenización de la cultura donde uno tiene que pedir disculpas por hablar de dos escritores bastante fascilongos en vez de citar letras de murga (acá aclaro otra vez que cuando uno pone de ejemplo a alguien –Huntington por ejemplo– no necesariamente piensa como él. Es como sostener que si yo cito una frase de Hitler para ejemplificar la construcción del pensamiento nacionalsocialista entonces soy nazi... bien poquito de nuevo).

Anónimo dijo...

Juana ahora me queda claro que el propósito de tu post es proponer una reflexión sobre la clase de sociedad que somos, evidentemente una que merece los peores castigos dado que, como bien explicás, permitimos la existencia del Teletón, un evento para seres que tienen atrofiada la mitad del cerebro, y esto indudablemente significa que entendemos la ayuda a otros como un acto de consumo.

Leés y encima citás a Lipovesky pero terminás cayendo en un análisis determinista. Deberías leer un poco más... tal vez ahí te enteres que los posmosdernos proponen otra cosa y que tu postura es bastante contradictoria.

Lo otro que no veo son soluciones. Sólo críticas. Cuál es tu propuesta? Hacer la revolución e imponer la dictadura del proletariado manejada por unos mexicanos imbéciles y analfabetos cuyo máximo objetivo en la vida es limpiar sábanas sucias en hoteles yanquis y masturbarse mentalmente mirando a Don Francisco?

Sebastián dijo...

Sigo sin entender qué es lo que ves tan espantoso en la forma como se da ayuda, y cómo te parece que debiera de ser. Si la ayuda llega a través de un acto de consumo, y qué? es el aprovechamiento de una conducta preexistente y predominante, para lograr un efecto positivo. Capaz que lo que te molesta es la sociedad de consumo en general, pero ese sería otro tema.

Anónimo dijo...

Juana, bonita, está muy bien que te guste leer...estaría aún mejor que de lo que leyeras te quedaran cuestiones básicas de ortografía (como que facilongo no es fascilongo). La contracara de la "lumpenización" de la cultura en nuestro país la representa el pseudo-intelectualoide que lee dos libros, regurgita sus contenidos y se cree que eso es ser, efectivamente, un intelectual.
rulo

Anónimo dijo...

Bueno, vine a defender a Juana, pese a que no tengo tele ni teletono (¿o es teletoneo?.

En primer lugar, de los Anónimos, que demuestran enorme pereza intelectual aunque más no sea por su incapacidad de inventar un seudónimo para el caso.
Es llamativo, además, que sea gente tan falta de imaginación (¿?) la que insista en interpretar dichos de una única manera.

En segundo lugar, J.J. dejó bien clarito la intención y el sentido de su crítica. Quienes la hostigan a partir de entonces son unos plomos cuando menos.

Por último, quienes argumentan en contra invocando la oportunidad de hacer algo por los necesitados, ¿por qué defienden esa forma particular (y detestable) de hacerlo)?
¿o es que no les gusta quedar en el lugar en el que los deja el artículo?

Cacho_vela_crush dijo...

bo gurise, vamo arriba esto es una murga no le peguen a juana, no sean machista (?)

juana no caigas en el error de explicar, la teleton es espantosa, infumable, un ejercicio de alimentación sencilla del ego, y no es la manera de ayudar, es predicar en el desierto, nada debería ser así, con migajas de nadie no se hace nada, ni con la conducción de petinatti, a comerla, el que no le guste piensa distinto a yo y por ende tiene mi mas cariñoso desprecio, no me interesa si se hizo un hospital con la teleton porque el día de mañana no esta la teleton y el hospital se viene abajo como el clinicas, esto es mas complicado gurise, esto es una murga vamo arriba dejense de pegar gratis, si esto es culturra bo gente linda.

bueno chau

Kewl dijo...

Está clara toda la parte morbosa y berreta... pero asumo (y lo digo tocando de oído) que los fondos recaudados sirven para algo, y con ellos se logran cosas que sin esa "prostitución" no existirían.

Capaz que el fin justifica los medios.

Anónimo dijo...

uh, matensén

decimOctavo dijo...

La verdad es que muy bueno tu post.
Yo estoy bastante de acuerdo, y enmi blog escribí un artículo (no tan bueno) sobre el MdDía feliz que apunta más o menos a lo mismo.

De todas formas creo que tanto simulacro tiene también sus lados positivos, y,aunque sea con farsas, comercialidades, para ganar plata, etc,etc,la realidad es que el centro existe y ayuda realmente y da trabajo. Esto no debería olvidarse mientras criticamos lo otro.

Unknown dijo...

La Teletón es larga. Los comentarios que me preceden son largos y, al igual que el programa mencionado, gritan.
Es el riesgo de poner mucho picante en la comida. Despierta alergia y uno, al rascarse, no puede pensar.

Willy Coyote dijo...

Por cuestiones laborares, se que la teleton es la unica que destina la totalidad de lo recaudado al objetivo que plantea. Ni McDia feliz, ni el peso del disco, ni la mayonesa hellmans, ni desafio al corazon, ni ninguno de esos puede decir lo mismo...

Entiendo el problema que causa la idea de "caridad indolora", pero me parece que tu idea esta mal apuntada si lo planteas como una critica a la tele-caridad en si, en lugar de a la sociedad misma, y en esa no te excluye a vos. Es verdad, es más meritorio en lugar de donar para la teleton o comer una big mac una vez al año ir a trabajar con los niños con cancer, ayudar en las inundaciones y ser voluntarios en remar...

Pero, ¿quien lo hace? Sin entrar a hacer apologia de tu vida, apostaria que no has hecho nunca ninguna de esas cosas, asi que, ¿qué derecho tienes de tratar de impartir tu superioridad moral sobre las personas que trabajan todos los dias en esto? Siquiera a quienes lo hacen un par de veces al año.

Petinatti y Alvarez me importan un huevo. Me choca el facilismo en que caen con tal de sacar un peso, soy inmune a la exploitation emocional (la ultima vez que vi Titanic, me rei mucho cuando Di Caprio la quedo), y no me creo la actitud de buen samaritano... Pero eso no significa que no crea que hacen algo importante, asi sea una vez al año.

Asi que ta... donare unos pesos a la teleton. Se que no es mucho, pero es algo... Al menos es un recordatorio de que una vez al año puedo hacer algo mejor con una llamada que hablar al Tele-Chat, o votar para que Claudia Fernandez siga bailando todas las semanas.

Anónimo dijo...

Admito que he pecado. En los dias del Mc Dia Feliz he ido a McDonalds. Mucho peor compre la hamburguesa sin el Combo (para los que no se avivaron solo la Hamburguesa va a la Peluffo) y despues di esa hamburguesa a alguien que iba por la calle. La verdad, para mi fue un casi Mc dia Feliz sino fuera porque la hamburguesa que le regale al flaco es en el fondo comida chatarra. Pero bueno, era eso o tirarla...

La Responsabilidad Corporativa (si es que la hay) tiene esas cosas... yo prefiero que las empresas cumplan con la ley, paguen los impuestos que tienen pagar, respeten a pleno las leyes laborales y con eso, como diria el amigo Milton, ya cumplen. Pero en este mundo esta lleno de empresas que no cumplen con lo basico, y encima se hacen los buenos...
(no estoy individualizando a ninguna de las que participo en el Teleton o a la propia McDonalds aclaro).

Anónimo dijo...

Sobre la teleton en si, no genera danio, al contrario suma. Es fruto de un contexto determinado, que evidentemente a la autora del texto disgusta (le tomo la palabra que usa analogias y metaforas solo para exagerar la cosa, y pintar el cuadro), y con la cual incluso puedo tener coincidencias. La iniciativa en si, ayuda y a pesar de que alguien pueda sentir un minimo alivio (el decir soy menos culpable de los males de este mundo, asumiendo que todos estemos impregnados de la culpa catolica) tiene otro efecto mas importante que es exponer ante los ojos de todos (si, porque la Television sera lo que sera, Sartori dira lo que dira, pero todo mundo la mira) un problema, y operar hacia la sensibilizacion del mismo. Podremos discutir si esa sensibilizacion es desde el "pobrecitos los nenes" o desde un marco que integre a los discapacitados plenamente a nuestras vidas. Pero eso obviamente, trasciende a la Teleton.

Anónimo dijo...

Vuelvo a postear (odio cuando blogger se pone con errores..)

Le tomo la palabra a la autora en lo que refiere al uso de analogias y metaforas como para exagerar y pintar el cuadro. Claramente, hay cosas que funcionan mal en el mundo. El Teleton es fruto de un contexto y una sociedad determinada, de gente que de buena fe, ha decidido hacer algo con respecto a un problema. Podemos discutir los meritos de la tele caridad (en el fondo, como con la democracia, lo de que podemos discutir es la llamada caridad) y las formas, pero lo innegable es que el dinero se vuelca a una causa determinada, y ayuda a esta gente. A pesar de todas las criticas que podamos verter sobre la television (ya que estamos leyendo gente, podemos incluir a Sartori y su critica de la TV) lo cierto es que la gente la mira, y en este caso sensibiliza sobre un tema trascendente, Admitido es que el la sensiblizacion puede operar desde la lastima y el "pobrecitos los nenes", o desde una integracion mas real en el marco de nuestra sociedad. Obviamente, esto ultimo excede alo que puede hacer la teleton.

Marcelo Jelen dijo...

no quiero entrar en la discusión porque es de las cosas que me sacan. pero creo que cabe aclarar que el inventor de las teletones no es el nefando don francisco, sino el genial jerry lewis. el posteo no le erra (dice que don creó la fundación teletón, no el programa), pero creo que igual se presta confusiones.

siempre se dice, y nunca hubo confirmación, que cinco por ciento de lo obtenido en las teletones latinoamericanas iba directo al bolsillo de kreutzberger.

aunque eso no fuera cierto, el huevón tiene bien ganado un lugarcito en el infierno, aunque más no sea por esta foto: http://farm3.static.flickr.com/2259/2076499561_91772d4815_o.jpg

Anónimo dijo...

Bueno, en fin. Acabo de leer casi todos los posts que han publicado( y son varios, porque llego tarde a la conversación).
Y bueno che, no podremos discrepar alguna vez sin querer denostar al otro?.
En cuanto a la Teleton debo decir, que francamente no puedo mirarla. Me desagrada como le pasa a muchos esa tendencia a quedar como bobo por horas, como si uno cumpliera con su cuota de solidaridad de esa manera.
Sobre colaborar o no, no se. No me parece mal que haya gente que colabore, ni gente que no lo haga. Yo en particular no he colaborado hasta ahora. Lo que sí creo, es que obviamente no da como para sentirse satisfecho ni mucho menos, por poner 150 pesos, 300 o la plata que sea.

¿Quiero decir con esto que entonces hay que ir a ayudar a la Peluffo Giguens, o a Remar?. No, en absoluto.
Creo que hay quienes sí lo hacen, o que por ejemplo trabajan en otras ONG´S u organismos estatales, como los Caifs (que en este país nunca funcionan como deberían es verdad) y lo encuentro sumamente meritorio. Sin embargo yo no lo hago, no lo siento como una vocación. No ayudo de esa forma. Es más, ¿ayudo de algúna forma?, no lo se. En este momento probablemente no, pero si creo que en un futuro, espero no muy lejano podré hacerlo.

En definitiva, teleton sí?, teleton no?. No se, eso lo responderá cada uno
Lo que sí pienso, es que todos nosotros como ciudadanos que somos (me puse medio cursi acá de repente), tendríamos que concientizarnos y apuntar a una construcción de la sociedad más ética, justa y solidaria. Este país supo tener y aún tiene, a pesar del desmantelamiento de los 90´ y la crisis del 2002 un Estado y una sociedad bastante integrada en comparación con la región. ¿Que creo entonces que hay que intentar?, bueno, profundizar ese capital que supimos cultivar y que aún tenemos. ¿Para que?, bueno, para que no sea necesario que exista una teleton, para ayudar a todos estos niños que cuyas familias no cuentan con los recusos para hacerlo por si mismas.

Esto obivamente no lo voy a hacer yo solo, ni inlcuso todos los que leemos esto juntos (A no ser que algúno llegue a Presidente, y a su vez se encuentre con un Estado lleno de guita, que no es el caso).
Pero bueno, es lo que creo que se debería hacer y por supuesto que no es imposible (seguro que alguien me va a calificar de útopico), y que la forma es por medio del Estado, y la educación. Ah!,y que a veces (demasiadas) el Estado sea ineficaz en su forma de operar, no es excusa para dejar las cosas libradas a que a una iniciativa privada se le ocurra hacer algo.

Nosotro podremos poner nuestro grano de arena de la forma que sea, con teleton, sin teleton, en fin, como sea. Pero sobre todo debemos concientizarnos en no dejar las cosas libradas a las iniciativas privadas, que a veces pueden ser honestas y atender a todos. Y otras veces, la gran mayoría, atenderán a quien pueda pagarlas y buscarán el beneficio económico. Y así unos tendrán buenos servicios, buena calidad de vida, etc. Otros no, mientras no puedan pagar en general no podrán acceder a un monton de cosas. Como dice el post de más arriba "se salvan más los que tienen más".

Y bueno eso es todo, ahora si quieren tambien pueden cagar a palos este comentario.

Saludos.

TELEMEDIOS dijo...

Excelente y muy interesante informe. Saludos.

benito dijo...

Me parece que hacer rondar la discusión sobre el Teletón por lo estético es errar el bochazo. Es, evidentemente un programa feo, lleno de golpes bajos y de figurettis a los que les importa más sus cinco minutos en pantalla que la salud de cualquier niño que no sea de su familia.

Pero el asunto es en sí la propuesta: el problema del o la Teletón es que es una forma de asistencia sistémica, que refuerza la concepción de la salud como lujo y no derecho. La caridad -un concepto judeo-cristiano- es el sistema más injusto de redistribución y ayuda, porque refuerza una forma de diferenciación social casi ontológica, en la que el que tiene cede graciosamente parte -grande o ínfima- de su capital simbólico (dinero) en lo que en definitiva es un ejercicio de poder vertical.

Este es el único sistema de redistribución alentado por el capitalismo neo-liberal, porque además lo refuerza. Es el modelo de "millonario comunista" (cf. Zizek) a lo Bono, Bill Gates, que se promociona y que es la mayor confirmación de un sistema de castas inalterable.

A lo que voy es, ¿por qué un pendejo de 10 años con espina bífida tiene que depender del pathos de un televidente o de las ganas de promoción de una empresa para tener el tratamiento que merece y al que tiene derecho? ¿por qué la solidaridad tiene que ser forzada mediante la lágrima fácil de apelar al primero de los instintos humanos, la empatía con un niño en necesidad?

Claro, pasa lo mismo que cuando uno se cruza con un nene que le pide algo para comer. Se sabe que se está frente a una falla social y que la limosna (las colaboraciones con la Teleton son limosnas, recordemos, y ni hablemos de los McDías, en definitiva una campaña de promoción de hamburguesas) no hace más que perpetuar esa falla, pero al mismo tiempo sabés que el pibe hoy tiene hambre, y que el nene de la televisión hoy necesita un tratamiento, y que no pueden esperar un cambio de estructuras. Así que a veces es complejo.

Pero pensemos en algo, como para quedar calentitos; la recaudación de la última Teletón -la más exitosa hasta ahora- equivale casi peso por peso (2.5 millones de dólares) a lo que acaba de perder en juicio el Banco Hipotecario (todos nosotros) ante el empresario Fernando Barboni porque algún burócrata pago por nosotros no siguió el procedimiento previsto para solucionar una serie de diferencias en los contratos con Barboni. Y el fallo de primera instancia concluyó que el BHU "dejó de cumplir los actos indispensables para la realización del arbitraje". Es decir: le acabamos de regalar un monto igual la recaudación íntegra del Teletón a un millonario porque un burócrata estatal -que no será despedido ni irá en cana- se rascó la poronga en lugar de trabajar.

Otro ejemplo: la recaudación total de todos los Teletón hasta el momento no llega a ser la mitad de lo que la IMM (todos nosotros otra vez) le obsequió a la simpática gente de ADEOM para terminar con el conflicto.

Es decir; uno se puede -y a mi me pasa- enojar con lo que la Teletón eterniza y confirma, pero más habría que enojarse con el vacío que Teletón ocupa, un agujero social encima de un montón de derechos de niños y que, como cualquiera de los dos ejemplos que puse prueba, no le debe su existencia a la falta de fondos estatales sino a los horrores realizados con ellos.

Anónimo dijo...

Bien Benito apuntando al "hoy".

Charles Bronson III dijo...

Primero, este post esta exento a propósito de diplomacia y respeto.
Segundo, mirá, amargado,sorete, hijo de setenta contenedores llenos de putas tailandesas......yo soy fisioterapeuta,y entre mis pacientes cuento con dos niños que fueron atendidos en la Fundacion Teletón,uno salió en el programa de este año, y la otra no salió porque no se animó. si de algo te puedo dar fe, es de que aunque no te guste Don Francisco, Ignacio Alvarez o los niños discapacitados, la Teletón le cambió la vida a esos niños y a sus familias y para mejor, mucho mejor. Les dió calidad de vida y aceptación,les dió un respiro a sus familias de las cuales esos niños eran totalmente dependientes hasta para pedir un vaso de agua. Les dió independencia y algo de autoestima.En estos días estoy haciendo las getsiones para mandar a un pibe de 14 años que el amputaron una pierna desde la cadera porque un cancer se la estaba comiendo,ni un freak ni un retrasado, un pibe de 14 años.
La Teletón funciona pura y exclusivamente con lo que recauda ese día para pagar luz,agua,telefono,sueldos,mantenimiento y equipamiento. El estado y por ende vos no pones un peso sino querés. Sinceramente me dan ganas de ir a buscarte y cagarte a palos o mejor ir a buscarte y llevarte a ver esa realidad que negñas que existe,esos "freaks" como vos los llamas son personas que tienen sentimientos al igual que sus familias que en las mayoría de los casos pasan un calvario. Que el programa apela al sentimentalismo barato en algunas ocasiones es cierto, es más, yo lo miro sólo al final para ver cuanto recaudaron.Me importa tres carajos que las empresas se saquen los ojos para figurar a ver cual es mas solidaria y asi la exoneran de impuestos,si ponen la guita ya está, sé en lo que va a ser usada y eso me es mas que suficiente. Ojalá no tengas la desgracia de tener un hijo discapacitado, o mejor sí, que lo tengas, y que te lo atiendan en la Teletón, así te tengas que introducir tu post en lo mas profundo de tu orto.

cor-dura dijo...

No tengo mucho que agregar, pero propongo releer el post de benito. Creo que ahí está la clave de este tema: caridad vs derechos, urgencia vs cambios estructurales. El oportunismo de algunos, el morbo de todos y el vacío (y omisión) del Estado.

Anónimo dijo...

Coincido (mucho) con lo que aporta Benito (el poco de Raciocinio que anda en la vuelta, porque ni siquiera el Post de esta Señorita me abrió tanto la cabeza) y también con lo que señalan los demás: Alguien pone sus pesos, Ayuda, se siente feliz, se siente humano, y por ahí evade impuestos, tiene gente en negro, le paga poco a sus empleados, yo qué sé. Pareciera como que la "Tele-Caridad" (encantado, Fagúndez) fomenta la limpieza de conciencia de esa persona, que no es reprochable, porque de última algo aporta. Lo ideal sería que todo esto no se haga con tanto Circo y aspaviento, que el que pueda ayudar que lo haga, el que no quiera, que se pudra y al que no le interesa, que no opine. (yo soy de estos últimos, no sé qué hago acá)
Pero por desgracia estos últimos años todo todo se ha convertido en un combo peligroso de MegaShow+Caridad+buenos Sentimientos+Gen te Compungida por el Destino de otra gente.
Y esto realmente da miedo, meterse en la desgracia del otro, sentirla como propia, y encima aportar algo de dinero, para que mi conciencia se limpie, es algo bastante preocupante
Porque lamentablemente, si no hubiera un Megashow con Conductores, animadores, Espectáculos musicales y todo eso, nadie levantaría el tubo, o se apartaría de su televisor para pensar un rato en el otro y su problema.
Esto que acabo de Describir (si alguno no se avivó) es nada más y nada menos que la famosa Pérdida de Valores. Incluso yo no tengo el valor de ayudar al que lo necesita...