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12 noviembre 2010

Un imbécil necesario

Hoy va a ser un buen día para testear hipócritas”. Ese fue mi primer tweet del día, apenas me enteré de la muerte de Gustavo Escanlar, alguien que –como recordará cualquier lector asiduo de este blog, si es que todavía queda alguno- no me generaba precisamente simpatía.

simpatía.
(Del lat. simpathĭa, y este del gr. συμπάθεια, comunidad de sentimientos).
1. f. Inclinación afectiva entre personas, generalmente espontánea y mutua.
3. f. Modo de ser y carácter de una persona que la hacen atractiva o agradable a las demás.

No, está claro que no me provocaba nada de eso. Por suerte, el idioma español es amplio y generoso y muchas veces logra que dos vocablos confundibles impliquen sentimientos similares, pero sutilmente diferentes:

empatía.
1. f. Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.

Eso. Empatía. A veces sí. A veces no. Inconstante. Ocasional. Veleidosa. Variable.
Como Escanlar. Como quien escribe. Como todos, que tampoco es cuestión de hacernos los coherentes full time.

Es, justamente, por esa incongruencia empática que en mi disco duro hay una carpeta añosa llamada "Escanlar", en la que guardo algunos de sus mejores textos periodísticos, que mi biblioteca tiene lugar para las pocas Punto y Aparte con notas suyas que pude rescatar en Tristán Narvaja o que esperaba con cierta ansiedad sus columnas semanales en Montevideo Comm, que me hacían calentar y entusiasmar en partes iguales.

Es, justamente, por la escasa simpatía, que en la misma carpeta también conviven los textos que dan cuenta de sus tropiezos periodísticos: una entrevista inventada para el suplemento Qué Pasa, una crítica literaria plagiada y publicada en Búsqueda o una nota de Zona Urbana afanosamente inspirada en una idéntica publicada en Qué Pasa tres meses antes.
Sé que no queda bien recordar las fallas en una suerte de obituario. Pero nadie era más consciente de sus errores y de haber estado caído y ser apaleado que el propio Escanlar.

Hoy me propuse detectar hipócritas y no me salió, porque todos a quienes leí recordándolo, expresaron la misma dualidad de sentimientos. Por caso, cuando ayer me llegó un mensaje diciendo "Escanlar internado grave", respondí que me apenaba la situación, aunque a veces me resultara un imbécil. La respuesta fue categórica: "Sí, pero un imbécil necesario".

11 comentarios:

Mirada Paralactica dijo...

Estoy de acuerdo. Era un imbécil necesario.

Marcelo Jelen dijo...

a veces, como todos

Carlos dijo...

Si, a mi me generaba la misma dualidad Escanlar.
Que descanse en paz el gordo...

Robertö dijo...

pah, me enteré por acá de la noticia. Ayer viví adentro de una maceta.

No es que uno tenga que ser o no ser hipócrita, la muerte es un paso individual que merece respeto.

A mi no me gustaba y ni lo leía, ni lo escuchaba ni lo miraba, no se si era imbécil, no era mi problema y a mi juicio es una valoración bastante irrelevante. Tampoco sé si era necesario o no, yo intuyo que el universo no permite que se manifiesten así como así, seres que no lo sean.

saludos por la vuelta Daniela.

EmilioMarMura dijo...

precisamente ayer yo decía que en ocasiones le cabían las diferentes acepciones de la expresión " ...qué hijo de puta!!": las agresivas las más, pero no pocas veces las que exclaman admiración. Una de ellas cuando le leí, hace ya varios años en la revista Galería, un texto sobre el día del padre.
Decía también que hace unos meses, arriba de un 116, me desayuné que venía viajando pasillo por medio a Escanlar. Me di cuenta en ese momento que tenía ganas de encajarle tres, diez o quince trompadas, sin mediar palabras, y después darle un abrazo.

ladino dijo...

La verdad, un tipo que sigo hace más de 20 años, desde "Jaque" y "Punto y Aparte" hasta Montevideo.com y que escribía impresionante. Además un entretenedor revulsivo, soberbio, pedante. De esos que a los uruguayos tan grises y medianeros no nos pasan desapercibidos: o lo admiramos o lo odiamos. Como dice EmilioM, la expresión "qué hijo de puta" valiendo para ambas opiniones. Un tipo capaz de ir con cámara y reflector al medio del parque de los Aliados a filmar a un pobre puto viejo haciéndose dar por un tipo con chaleco de cuidacoche en el medio de la nada y pasarlo en Zona Urbana como entretenimiento familiar. De periodista nada en realidad, porque el único valor que tiene un periodista para entregar como mediador entre la realidad y los lectores es su credibilidad, y Gustavo eso lo perdió en reiteración real. Así y todo es admirable la capacidad para conseguir siempre un trabajo mejor del que lo habían defenestrado. ¡Se dio el lujo de que lo echaran de Búsqueda por plagiario comprobado y hace poco lo tomaran de nuevo con el triple de sueldo, como editor de Cultura! O sea él era el que le decía a periodistas de verdad qué estaba correcto y qué no. ¡¡¡¡Grande entre grandes!!!!
¡Qué hijo de puta! Tómenlo como quieran.

Anónimo dijo...

A mi el pasaje de Escanlar a otra vida no me afectó para nada. No sólo no me movió un pelo, sino que estoy harta de escuchar gente llorando su muerte. Ahora resulta que murió un gran tipo, cuando era en realidad un gran hijo de puta, como dice ladino. Pero si hasta es vox populi que el tipo era (no ya necesario) sino ¡¡¡imprescindible!!!!!!!!!
Yo no creo que sea hipocresía. Escanlar es un ejemplo más de cómo la muerte nos redime y nos vuelve grandes. Sin duda que los hijos de puta son necesarios. ¿Pero por qué llorarlos?

villon dijo...

salió mieres a escribir una columna. rajemo'.

mvc dijo...

¿Soy el único que pensaba que era simplemente un imbécil y no un "imbécil necesario"?.
Si bien es verdad que su rol de contra profesional en el ambiente cultural uruguayo era un hueco que el estaba llenando, ¿era realmente era la persona ideal para cumplir ese rol? ¿No habia nadie mejor? He escuchado a todo el mundo, incluso sus detractores, resaltar su capacidad de crear polemica y escandalo en este ambiente tan chato como el uruguayo, ¿Pero es eso por si solo, un mérito?. Ademas de eso, hay algo de su "obra" que realmente pueda pasar a la posteridad?

mvc dijo...

Una cosa mas, que me gustaria desarrollar en otro momento: Escalar era tan uruguayo como el Uruguay que odiaba y criticaba permanentemente.

En su soberbia y ignorancia. él también era "el enano enojado".

Duroc dijo...

Para un ser como uno, este era alguien que "provocaba" a gente poco provocable. A mí no me movía nada.

Igualmente, recuerdo ese dicho: "Si tirás mucha mierda, preparate cuando vuelva".

Qué se yo, recuerdo cuando murió Darnauchans, y la impresentabilidad y mala leche y bajeza importante que peló este tipo en aquel entonces, este finado de hoy, que mencionan en este post.