El Poder Ejecutivo uruguayo intenta hacernos creer que en un acto de generosidad sin límites, han decidido obsequiarnos una rebaja en el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Claro que hay que tener en cuenta que ese descuento sólo se obtendrá al pagar con tarjeta de crédito. O sea, uno va, consume alguno de los "servicios turísticos" comprendidos en este plan y abona con su tarjeta de crédito. Cuando reciba el resumen mensual correspondiente, podrá observar que debajo de cada consumo de alguno de esos servicios, se detalla el importe descontado. Dentro de la categoría de "servicios turísticos" se han incluído bares, restaurantes, cafés, confiterías y similares, además de alquiler de autos y alquiler de inmuebles con destino turístico. También están comprendidos todos los rubros para fiestas: catering, fotos, videos, alquiler de locales, discotecas, servicio de mozos, etc. Sería bueno que alguien se dignara a explicar por qué todo esto último es considerado "servicio turístico". En realidad, todo esta movida disfrazada de "beneficio para el turismo" es una gran fantochada promovida por el titular de la Dirección General Impositiva (DGI), Eduardo Zaindensztat (alias Zeta). Su particular manera de actuar y ver las cosas lo ha llevado a crear un mecanismo a partir del cual se pueda detectar fehacientemente cualquier intento de evasión fiscal. Esta idea intentó implementarse un par de meses atrás pero no pudo hacerse por problemas logísticos.
12 enero 2006
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