La creación de nuevos tópicos dentro del formato de los "reality shows" debe ser algo bien complicado a esta altura. Desde que dos imbéciles con ganas de lucrar mucho pero laburar poco, decidieron que encerrar a 14 personas adentro de una casa durante 3 meses era una idea genial, el resto de los creativos televisivos decidieron explotar el filón de todas las formas y colores posibles. Pero el negocio empieza a agotarse y los productores apelan a los recursos más extremos para estirar la duración de este fenómeno. Ahora crearon God or The Girl (Dios o la chica), un reality en el que cuatro jóvenes seminaristas católicos deben decidir, durante las 4 semanas previas a su ordenación como sacerdotes, si efectivamente quieren que Benedicto XVI les lave las patas o prefieren largar la chancleta. Para cada uno de los participantes hay una mujer relacionada con su pasado amoroso. Uno conoció a alguien especial en Alemania hace un tiempo viajará a conocerla. Otro dejó a su novia a causa de su amor por la sotana pero seis meses después los reunirán a ver qué pasa. Hay otro que alguna vez pensó en casarse con su pareja pero también la largó y el último considera que su actual pareja es su “alma gemela” y no sabe qué hacer. Todos serán enfrentados en algún momento a sus respectivas mujeres y deberán decidir su futuro. Extrañamente, la Conferencia Episcopal de Estados Unidos apoya la idea del programa aduciendo que "ofrece un tratamiento respetuoso de un paso importante en la vida". William Donohue, Presidente de la Liga Católica de Religiones y Derechos Civiles manifestó que "hay algunas banderas rojas. Una es el título de por sí. Luego tenemos la promoción con una chica en una camiseta ajustada. Obviamente toda la idea es provocar sexualmente. Y estrenarlo el domingo de Resurrección genera una interrogante sobre algún tipo de agenda detrás”. Para ser coherente, después de ver la posición de los obispos, dejó de criticar el título de la serie y las promociones.
Ahora, ya que están, si realmente quieren mostrar la realidad de un seminarista próximo a investirse como sacerdote, propongo que hagan "God or The Boy" y sometan a los participantes a una convivencia forzosa de 30 días con no menos de 15 niños y adolescentes.
Ahí está la verdad de la milanesa.
2 comentarios:
¿Para qué iban a participar en "God or the boy", si en sus parroquias, cómodamente, ya tienen ambas cosas sin problemas?
interesante sería God and The Boy
ese sí lo miraría
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