Esta nota fue publicada en el suplemento deportivo de El Observador del sábado pasado. De acuerdo a los resultados de una encuesta casera, un 90% de los consultados manifestó no entender un pomo. Un 5% dijo estar harto de los temas mundialísticos y el 5% restante no la leyó. Acá va:
El primer tanto de los mundiales se convirtió en Pocitos, en una cancha que se engulló la ciudad; ahora el lugar resurgió del olvido
POR IGNACIO CHANS DE LA REDACCIÓN DE EL OBSERVADOR
Es el 13 de julio de 1930. Doce minutos del primer tiempo. André Thepot levanta la cabeza, parado en la placita de Rivera y Soca para sacar del arco. Le deja la pelota a André Maschinot, que toca con Ernest Liberati y este escapa por Coronel Alegre y antes de llegar a Charrúa manda el centro para que en la mitad de la cuadra aparezca Lucien Laurent, que con una chilena espectacular vence al arquero mexicano Bonfiglio para anotar el primer gol de la historia de los mundiales.
La escena tuvo lugar en la cancha de Peñarol, pero el avance de la ciudad trocó el pasto por el asfalto, y el campo pasó al recuerdo. La tradición decía que el campo de juego estaba en Rivera y Soca, pero el dato era muy vago como para establecer la exacta ubicación del primer gol mundal de la historia.
Por ello el arquitecto Enrique Benech decidió empezar a bucear en los archivos de la Intendencia. Superponiendo el mapa de Montevideo de aquel entonces con el actual se fue acercando a aquella cancha mítica.
La primera conclusión fue que la ubicación de la cancha no era, como tradicionalmente se decía, de Rivera y Soca para el Parque Batlle, sino hacia Pocitos. La cancha estaba ubicada. Lo que había que hacer era identificar cuál de los dos arcos fue el elegido por la historia.
Como tantos en los antecedentes de los mundiales, el partido se definió por una jugada dudosa. Las crónicas de la época decían que el arquero francés Thepot tuvo que retirarse lesionado a los 22 minutos del primer tiempo. Según Juan Capelán, historiador que recogió el proceso de investigación, “todo consistía en ubicar una foto donde aparezca Thepot, posicionar este arco en el estadio y concluir que el arco del gol era el opuesto”. Así, las imágenes fueron dando una imagen clara de que durante el primer tiempo Francia defendía el arco sur. Aún quedaba una última evidencia para que no hubiera dudas del exacto lugar del primer gol de la historia de los mundiales. La confirmación llegó con el parte meteorológico de aquel día que marcaba un fuerte viento de dirección suroeste. Si las crónicas decían que en el primer tiempo había favorecido a Francia y en el segundo a México, el arco tenía que ser al norte.
El primer gol de la historia de los mundiales se había anotado donde hoy se ubica la calle Coronel Alegre entre Charrúa y Silvestre Blanco. El fútbol y la historia habían encontrado su lugar.
La escena tuvo lugar en la cancha de Peñarol, pero el avance de la ciudad trocó el pasto por el asfalto, y el campo pasó al recuerdo. La tradición decía que el campo de juego estaba en Rivera y Soca, pero el dato era muy vago como para establecer la exacta ubicación del primer gol mundal de la historia.
Por ello el arquitecto Enrique Benech decidió empezar a bucear en los archivos de la Intendencia. Superponiendo el mapa de Montevideo de aquel entonces con el actual se fue acercando a aquella cancha mítica.
La primera conclusión fue que la ubicación de la cancha no era, como tradicionalmente se decía, de Rivera y Soca para el Parque Batlle, sino hacia Pocitos. La cancha estaba ubicada. Lo que había que hacer era identificar cuál de los dos arcos fue el elegido por la historia.
Como tantos en los antecedentes de los mundiales, el partido se definió por una jugada dudosa. Las crónicas de la época decían que el arquero francés Thepot tuvo que retirarse lesionado a los 22 minutos del primer tiempo. Según Juan Capelán, historiador que recogió el proceso de investigación, “todo consistía en ubicar una foto donde aparezca Thepot, posicionar este arco en el estadio y concluir que el arco del gol era el opuesto”. Así, las imágenes fueron dando una imagen clara de que durante el primer tiempo Francia defendía el arco sur. Aún quedaba una última evidencia para que no hubiera dudas del exacto lugar del primer gol de la historia de los mundiales. La confirmación llegó con el parte meteorológico de aquel día que marcaba un fuerte viento de dirección suroeste. Si las crónicas decían que en el primer tiempo había favorecido a Francia y en el segundo a México, el arco tenía que ser al norte.
El primer gol de la historia de los mundiales se había anotado donde hoy se ubica la calle Coronel Alegre entre Charrúa y Silvestre Blanco. El fútbol y la historia habían encontrado su lugar.
Hasta el sábado pasado estaba absolutamente convencida de que el primer Mundial de la historia se había jugado exclusivamente en el Estadio Centenario, que se había inaugurado para la ocasión el 18 de julio de 1930. Si el primer gol de la historia de los mundiales se había hecho el 13 de julio, no me cerraban las cuentas por ningún lado (y a los encuestados tampoco). Así fue que nos propusimos comprender de qué hablaba Ignacio Chans y recurrimos a una seria y rigurosa fuente como Wikipedia. Ahí nos enteramos que si bien en 1930 estaba previsto jugar todos los partidos mundialistas en el mencionado estadio, las fuertes lluvias que azotaron Montevideo tiempo antes impidieron la finalización de su construcción a tiempo para el inicio del torneo. Por esa razón, el partido inaugural y otros que siguieron, debieron jugarse en el Estadio Gran Parque Central perteneciente a Nacional, y en el desaparecido Estadio Pocitos del Peñarol de Montevideo.
Cursos (para)lelos, siempre al servicio de la comunidad lectora de El Observador (y sin cobrar un mango)
2 comentarios:
No es por ser mandapreso, pero ese muchacho tiene blog, y esta entre los links de Jime. Quizá ahí lo aclaró un poco mejor.
Very pretty site! Keep working. thnx!
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