Impresionante, realmente. A nuestros hermanos brasileros no les basta con lavarse las manos con el tema papelero (no sé que tiene que ver pero necesitaba algo para empezar) que encima se dan el lujo de reventar 615 mil millones de kilómetros cuadrados de bosque amazónico para cultivar pará, pará, pará... ¿615 mil millones de km2? A ver, si Brasil tiene 8 millones y medio de km2 y la superficie total del planeta anda por los 510 millones de km², de los cuales 149 millones son de tierra firme y 361 millones de agua, las cuentas no cierran por ningún lado. Imposible elegir qué sobra: si el 615, si los mil, si los millones (seguro esta última). Pero esto no termina acá:
Primero era el pulmón, tres párrafos después se convirtió en el riñón, no sé, ya no entiendo nada. Primero nos dan aire, después nos mean. Hay que cuidarse de estos brasileros.
Se repite la aberración del copete y la comparativa es tan incomparable que no queda otra que pararse, aplaudirlos y felicitarlos por cobrar un sueldo para mandarse esta clase de cagadas todos los días de la semana.
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