Lo admirable es que el redactor estaba caliente porque no conseguía faso y, en vez de callarse la boca o comentarlo con sus amigos como haría el resto de los mortales, inventó una coartada y se lo dijo a su editor. Se ve que éste pasaba por lo mismo, porque en vez de escandalizarse agrandó la excusa y golpeó la puerta del director a los gritos.
Y aquí estamos. Faltan semanas nomás para el destape gay en la calle Cuareim.
2 comentarios:
Muy buen montaje, te felicito. Veo que estás mejorando con el Photoshop.
Es obvio que eso nunca saldría publicado en... uh, es verdad. Mierda.
Lo admirable es que el redactor estaba caliente porque no conseguía faso y, en vez de callarse la boca o comentarlo con sus amigos como haría el resto de los mortales, inventó una coartada y se lo dijo a su editor. Se ve que éste pasaba por lo mismo, porque en vez de escandalizarse agrandó la excusa y golpeó la puerta del director a los gritos.
Y aquí estamos. Faltan semanas nomás para el destape gay en la calle Cuareim.
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