El martes pasado, Mario Vargas Llosa fue declarado Huésped Ilustre de la ciudad de Quito. Allí, además de darle palo a Chávez y opinar sobre la interferencia de algunos gobiernos en los medios de prensa, hizo referencia a su pelea con Gabriel García Márquez. Al ser consultado por la cadena Teleamazonas acerca de su opinión sobre el premio Nobel de Literatura, el peruano declaró que dicha distinción "ha fallado no dándoselo a escritores como Borges o Nabokov, pero se lo ha dado a algunos escritores que sí lo merecían", entre los que mencionó a Darío Fo y García Márquez. El periodista vio la oportunidad y preguntó si se había reconciliado con el colombiano, ante lo cual Vargas Llosa contestó que "no estaba hablando de eso, sino del Nobel de García Márquez". El ex candidato presidencial agregó que ambos tienen un "pacto tácito", por el cual ninguno habla del otro, para así "darle trabajo a los biógrafos, si es que merecemos tenerlos después".
En marzo de este año, el fotógrafo Rodrigo Moya contó el motivo por el cual ambos escritores están enemistados desde hace 31 años. Moya conoció a García Márquez y a su esposa Mercedes Barcha en alguna de las tertulias que organizaba su madre en su casa de México. Si bien de entrada no le cayó demasiado bien, con el correr de los años fueron consolidando su amistad. En febrero de 1976, García Márquez llegó a la casa de Moya con un hematoma en el ojo izquierdo y una herida en la nariz. El fotógrafo preguntó qué había sucedido y el Gabo atribuyó la piña a "diferencias insalvables" con Vargas Llosa acerca de sus preferencias políticas. Mercedes Barcha intervino y contó que los amigos escritores se encontraron en una función privada de cine y cuando su marido se dirigió al peruano con los brazos abiertos para el abrazo, Vargas Llosa "lo recibió con un golpe seco que lo tiró sobre la alfombra con el rostro bañado en sangre". Mientras contaba la anécdota, Barcha repitió varias veces que "Mario es un celoso estúpido". Según recuerda Moya, cuando ambas parejas vivieron en París, los García Márquez se transformaron en los consejeros sentimentales de la mujer de Vargas Llosa, que andaba sospechando algún que otro cuerno. Como suele ocurrir en estos casos, los colombianos habrán opinado sobre las actitudes del susodicho y dichos comentarios terminaron llegando a sus oídos una vez reconciliado con su mujer. Otras versiones jamás mencionan París y sitúan el eje del conflicto en Barcelona, donde García Márquez habría aprovechado una ausencia de su amigo para intentar levantarse a su mujer: versión bastante más creíble si se tiene en cuenta lo mencionado por Barcha y que además, según varios testigos, en el momento previo a la trompada Vargas Llosa le chantó un "Esto es por lo que le hiciste a Patricia en Barcelona".
Hace unos meses, varios medios arriesgaron una posible reconciliación entre ambos escritores a raíz de la decisión de Vargas Llosa de prologar la edición especial de Cien Años de Soledad por el 40º aniversario de su publicación pero la cuestión no pasó del rumor.
De todas maneras, lo que más se destaca de la versión de Moya no es el relato sino la fotografía que acompaña la nota publicada por el diario mexicano La Jornada en marzo pasado. La imagen fue tomada a pedido de García Márquez aquel día que llegó a la casa del fotógrafo con el ojo en compota, para así "dejar constancia de la agresión que había recibido". Una vez retratado, el colombiano pidió a Moya que guardara las fotos y le enviara unas copias. Con motivo del mencionado aniversario, Moya decidió que era hora de mostrar esas imágenes. La Jornada publicó una de las fotos en la tapa del 6 de marzo de 2007, fecha en que García Márquez celebraba sus 80 años:
Hace unos meses, varios medios arriesgaron una posible reconciliación entre ambos escritores a raíz de la decisión de Vargas Llosa de prologar la edición especial de Cien Años de Soledad por el 40º aniversario de su publicación pero la cuestión no pasó del rumor.
De todas maneras, lo que más se destaca de la versión de Moya no es el relato sino la fotografía que acompaña la nota publicada por el diario mexicano La Jornada en marzo pasado. La imagen fue tomada a pedido de García Márquez aquel día que llegó a la casa del fotógrafo con el ojo en compota, para así "dejar constancia de la agresión que había recibido". Una vez retratado, el colombiano pidió a Moya que guardara las fotos y le enviara unas copias. Con motivo del mencionado aniversario, Moya decidió que era hora de mostrar esas imágenes. La Jornada publicó una de las fotos en la tapa del 6 de marzo de 2007, fecha en que García Márquez celebraba sus 80 años:
El jueves, el suplemento O2 de El Observador, publicó una nota acerca de las declaraciones de Vargas Llosa en Quito, acompañada de una columna donde se transcribe el relato de Moya publicado en La Jornada y la foto de García Márquez y su ojo negro.
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