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28 octubre 2007

Colbert for president

"Tienen que entenderlo. Quiero hacer cosas que sólo un presidente puede hacer, como salir por ahí en el Air Force One o arrestar a un canadiense, entregárselo a los sirios y que lo muelan a palos". La frase suena a crítica mordaz contra Bush, pero su autor hablaba en serio. O casi, al menos así habla Stephen Colbert a diario en su programa The Colbert Report, uno de los de mayor audiencia del canal de pago Comedy Central, donde ejerce precisamente de Stephen Colbert, aunque persona y personaje sólo tengan en común su origen sureño: Carolina del Sur. Allí es donde piensa comenzar su carrera por la presidencia de Estados Unidos.

Así comienza el reportaje publicado hoy en El País de Madrid acerca de la candidatura presidencial de Stephen Colbert, uno de los más brillantes comediantes estadounidenses de la actualidad. El 16 de octubre, rodeado de globos rojos, azules y blancos, Colbert anunció el comienzo de su carrera electoral en su programa "The Colbert Report", que se transmite diariamente por la cadena Comedy Central. Allí, el comediante finge ser un conductor ultra conservador, parodiando a todos los fanáticos republicanos más o menos mediáticos que defienden la pena de muerte, abogan por el creacionismo como única teoría a ser enseñada en las escuelas y están profundamente convencidos de que Estados Unidos es el mejor país del mundo, entre otras cosas.

Colbert ya aclaró que se presentará -en forma independiente- sólo por su estado natal, Carolina del Sur, ya que su único propósito es presentarse como candidato y no competir por el cargo a nivel nacional (que además, según manifestó, le implicaría un costo mínimo de 35 millones de dólares). El problema es que dado el complicado sistema electoral de Estados Unidos -basado en cantidad de votos según colegio electoral-, Carolina del Sur es uno de los estados clave con 8 votos sobre un total de 538. Esto implica que si Colbert llega a ganar en su estado, se queda con ocho votos que podrían ser muy útiles en caso de virtual empate entre candidatos nacionales, que necesitan un mínimo de 270 para alcanzar la presidencia. Según El País, la cuestión "empieza a poner nerviosos a algunos políticos", algo más que lógico tomando en cuenta que una encuesta publicada el pasado viernes otorgó al comediante una intención de voto cercana al 13% (y un 28% en votantes menores de 30 años) y el hecho de que en Facebook -una red social universitaria- se haya conseguido reunir un millón de fanáticos en una semana mientras un seguidor de Barack Orama tardó nueve meses en conseguir 400 mil.

Para darle un toque de seriedad al asunto, Colbert se presentó hoy en la Universidad de Carolina del Sur para ser declarado favorite son del estado (una distinción sin correlato local, usada frecuentemente en EEUU para sumarle a los candidatos otro atractivo electoral, además de su plataforma política) y también recibir las llaves de su capital, Columbia, de manos del alcalde. "No estoy acá sólo para aceptar la distinción que me otorgan sino también para demostrarle a todos que esta campaña es real", declaró.

Además de mi admiración por cualquier persona que salga a tomarle el pelo a la clase política, sea del país que sea, Colbert cuenta también con mi total adhesión a raíz de un triste episodio sucedido recientemente y que involucra el nombre de este bendito país. Todos ya sabemos que los yanquis andan tan enfermos con la corrección política que muchos de sus comediantes se han vuelto extremadamente precavidos a la hora de armar sus rutinas. Por caso, y aunque no sea comediante, bien vale el ejemplo de lo sucedido hace unos días con Halle Berry. La actriz estuvo en el show de Jay Leno y en un transcurso del programa mostró unas fotos personales retocadas con un programa de distorsión. En una de ellas se la veía con una nariz enorme y se le ocurrió comentar algo así como "en esta me parezco a mi prima judía". Toda la audiencia quedó en silencio y aunque Leno trató de remontarla diciendo "menos mal que lo dijiste vos y no yo", cuando el programa salió al aire (se graba previamente) la palabra "judía" fue editada y reemplazada con risas. Esto, que en nuestro país entraría en la categoría de chistes y/o frases cotidianas, provocó una catarata de acusaciones de antisemitismo hacia la actriz, quien tuvo que salir a pedir disculpas por todos lados. Algo parecido le pasó a Colbert, aunque en una escala mucho menor.

Puesto en su personaje de "idiota de alto estatus pobremente informado", tal como él mismo lo describió, Colbert defendía irónicamente en su programa a Rush Limbaugh, un conductor de radio ultra conservador a quien muchos criticaban por denostar en forma ofensiva a los veteranos de la guerra de Vietnam que se oponen a la guerra en Irak y quien en alguna oportunidad se justificó diciendo que, de todas maneras, ninguno de ellos lo escuchaba.

"Las declaraciones de Limbaugh fueron ofensivas porque alguien las imprimió y de esa forma las hizo permanentes", ironizó Colbert-personaje. Así, hizo referencia al supuesto programa de radio que mantiene como tal y manifestó: "Durante tres horas al día grito lo que se me ocurra y luego todo se termina, nunca lo pienso dos veces. Este es el comentario que hice en mi programa anoche: 'Todo lo que digo es que la gente de Uruguay es basura humana'. Ok, eso suena bastante mal fuera de contexto, pero el contexto es que nadie en Uruguay escucha mi programa", agregó, apuntando los dardos a Limbaugh. "O sea, que no hay nadie que pueda ser insultado", finalizó.

Lo que vino después superó todos los cálculos de Colbert-persona, a quien jamás se le ocurrió que la colonia uruguaya en Estados Unidos fuera lo suficientemente grande como para que le llovieran cientos de correos exigiendo una retractación de sus dichos. Es de suponer que se lo habrá tomado más en serio cuando recibió una carta de ¡la embajada uruguaya en Washington! para manifestar su rechazo hacia "las expresiones insultantes utilizadas para referirse al pueblo uruguayo" , hacerle saber que "Uruguay tiene una larga tradición de respeto por otros países, culturas y sus pueblos" y exigirle "una inmediata disculpa" en su siguiente programa. Ya ven, mal que seguramente le pese, Colbert tiene algo en común con Steven Seagal.

Links:
Fragmento de "The Colbert Report" que resultó tan ofensivo a nuestros compatriotas emigrados.
Video de la campaña de Colbert para presidente.

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