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11 diciembre 2008

Sobre algunas cosas inexplicables. Cosas raras. Algunas.

Por Robertö

Hace muchos años, leyendo unas Selecciones del Reader’s Digest de la década del 80, me impactó mucho leer la historia de Leslie Lemke. Si no recuerdo mal, la historia se titulaba “Leslie Lemke, el niño vegetal”. Su vida comienza de la peor manera: nace prematuro, ciego, con parálisis cerebral y su cerebro atrofiado, incapaz de vivir sin ayuda de un respirador artificial. Sus padres biológicos lo abandonan y es una enfermera del hospital quien decide adoptarlo y cuidar de él. Le advierten que el bebé no vivirá más que unas semanas cuando abandone el hospital. La señora Lemke lo cría con sumo cuidado y atención. Hasta los doce años el niño no es capaz de tragar los alimentos sin ayuda, ni puede caminar. No se comunica. Un día los Lemke están acostados durmiendo y sienten música proveniente de la sala. Se preguntan el uno al otro si dejaron encendido el televisor. Van a ver que ocurre y ven a Leslie tocando el Concierto nº1 de Tchaicovsky para piano. Todavía incrédulos de lo que están observando, uno de los dos recuerda que ese mismo día lo habían pasado por televisión. En ese momento Leslie tenía 16 años.



A partir de ese día Leslie comenzó a comunicarse y a hacer cosas por sí mismo. Su vida comenzó a cambiar.

Cuando le preguntan a Leslie cual es su oración favorita responde:

Amada creación, en el nombre de Jesús te agradezco día a día las cosas buenas que haces por mí.
Al leerla estos días cuando buscaba la información en internet, recordé que había memorizado esa frase porque me pareció especialmente hermosa hace tantos años, cuando leí la historia.

Si existen los milagros este bien podía ser uno de ellos.


***

Kim Peek es la persona en la cual se inspiró el personaje interpretado por Dustin Hoffman en la película Rain Man.

Kim presenta un síndrome conocido como Savant, también llamado síndrome del sabio. En su caso nació con macrocefalia y carece de la conexión natural entre los hemisferios cerebrales porque no se formó su cuerpo calloso, que es el manojo de nervios que conectan ambas mitades del cerebro. A lo largo de su vida, Kim ha leído más de 10 mil libros con la siguiente particularidad: lee ambas hojas al mismo tiempo utilizando un ojo para cada una de ellas. En aproximadamente una hora puede leer un libro completo de tamaño normal. Lo sorprendente del asunto es que retiene de forma perfecta cada dato que recoge. Es como si rápidamente escaneara la información que recibe y esta pasara a acumularse entre sus conocimientos. Kim no comprende lo que lee, no es capaz de hacer conclusiones ni entender el sentido, por ejemplo, de una metáfora. Solamente puede asimilar y recordar una cantidad de datos virtualmente ilimitada. Puede contestar preguntas tales como fechas históricas de cualquier país, datos biográficos de célebres personajes o qué vueltas dar para llegar de tal dirección de una ciudad hasta otra en un sitio diferente, ya que tiene cargados en su mente innumerables mapas de ciudades. Es como si fuera un GPS.

***

Stephen Wiltshire es otro muchacho que presenta este síndrome. Su particularidad es que registra las cosas que observa y las replica con una sorprendente precisión.



Ahí pueden verlo en acción. Básicamente, lo llevan a pasear unos cuantos minutos en helicóptero por una ciudad y el tipo dibuja lo que vió durante el viaje. Cada edificio con sus ventanas y sus particularidades. Sin margen de error.

[click en la imagen para verla en tamaño original]


Stephen padeció de autismo durante su niñez y no aprendió a hablar hasta los nueve años. Comenzó muy precozmente a comunicarse mediante sus dibujos.



***

Daniel Tammet es una calculadora humana. De pequeño era autista, no compartía los juegos con sus compañeros de clase, solía quedarse apartado con la mirada perdida. Su madre dice que dedicaba larguísimos períodos de tiempo a mirar hacia arriba, enfocándose en las hojas de los árboles. Daniel ha conseguido recitar de memoria las primeras 22514 cifras tras la coma del número pi. El maratónico acto le llevó algo más de cinco horas. 22514. Yo me anoté el 3,1416 por temor a olvidarlo mientras lo que él contaba eran hojas y hojas de números ¡y sin cometer un solo error! Daniel tampoco entiende o calcula como lo hacemos nosotros, digamos quienes somos “normales”.

Por algún motivo, Daniel mezcla regiones de su cerebro que usualmente se dedican a los cálculos con otras que se encargan de sensaciones y emociones. Esto se conoce como sinestesia. Para Daniel, cada número despierta una emoción, tiene una textura y un color particular. Cuando realiza operaciones ve extravagantes paisajes que -de acuerdo a lo que percibe o como se siente- va decodificando a números. Cuando va repitiendo las cifras una a una no está haciendo las operaciones mentales que hacemos nosotros habitualmente. Según cuenta, él creía que eso era normal y que se sorprendió al momento de descubrir que los otros niños operaban con sus cerebros de otra manera. Hay unos cuantos videos muy interesantes sobre este caso. También habla diez idiomas ya que los aprende con facilidad. De hecho, como parte de un desafío, aprendió el islandés (según dicen, un idioma especialmente complejo) en una semana y se presentó en una entrevista televisiva en ese país charlando animadamente en ese idioma con sus anfitriones.







Me imagino que es molesto seguir el posteo pero vean los videos cuando puedan. Estoy pensando cómo cerrar esta parte del post pero no voy a decir más nada. Toda esta gente está siendo objeto de estudio en procura de aprender más sobre esta herramienta absolutamente sub-utilizada que tenemos sobre los hombros. Hay menos de cien personas en el mundo que presentan el síndrome de Savant.

***

Cuando tenía poco más de veinte años, mi madrina comenzó a sugerirme, argumentando que me "haría bien", que debía ir a un curso de control mental al que ella había asistido. Como me llamaba la atención todo aquello, decidí probar. Imaginé que luego del curso mi vida iba a mejorar notablemente y todo eso. La verdad es que asisití con una idea que no tenía nada que ver con lo que era el curso en realidad. Este iba sobre reafirmaciones positivas. Por poner un ejemplo violento, algo así como si te cruzabas con un amigo tuyo y te preguntaba cómo estabas, le tenías que contestar que estabas “cada día mejor, mejor y mejor” aunque vinieras cargando con un bull terrier con su mandíbula trabada en tus testículos durante los últimos 5 días. No digo que el curso fuera malo, sino que no era mi momento y que posiblemente me haya dejado cosas positivas, aun cuando luego mi vida continuara siendo un desastre tras obtener el certificado de asistencia.

Pero cuando recuerdo ese curso me viene a la mente un suceso singular. Un día la instructora nos dijo que hiciéramos algún ejercicio de visualización mental, una meditación y que los que tuvieran ganas la comentáramos en clase. La “clase”era un teatro lleno de gente, unas 300 personas. O sea que además de visualizar algo interesante había que ser lo suficientemente valiente para no mearse encima y contarlo. Yo, por supuesto, estaba al fondo de todo, en las últimas butacas, donde mi anonimato y mi posibilidad de huida inmediata ante una pregunta estaban garantizados.

Uno de los que lo comentó era un muchachito del entorno de los veinte años que estaba delante del todo. Comenzó a hablar sobre su meditación y mencionaba cavernas, luces, altares de piedra y ancianos sabios de túnica. Lo hacía con una pasión y una sensibilidad tales que nos tuvo unos cuantos minutos en vilo por saber dónde diablos iba a terminar su narración. El silencio y la expectativa que iba generando mientras describía lo que veía y sentía eran llamativos. Ni siquiera la instructora decía esta boca es mía (la de ella, claro). Y fue tal la emoción que despertó el chico con su meditación que creo que lo aplaudió todo el mundo. Cuando el tipo se sintió correspondido con el aplauso, en algún sentido entró en confianza y advirtió: “Y ahora les voy a contar algo que soñé los otros días”. La verdad es que creo que todos queríamos oírlo, aunque no sé si la intructora habrá estado de acuerdo en la forma en que su protagonismo era desplazado. El hecho es que el muchacho comenzó a contar que durante su sueño sintió que alquien le hablaba y vio la imagen de un sujeto rubio que le decía: “Hola, me llamo Oxalc y vengo de Ganímides”.

Apenas dijo eso, en la sala se generó un rumor de asombro que parecía sacado de una película de cine (no se me ocurre qué película pero imaginen una donde haya un montón de gente asombrándose “ohhhhhhh….” , algo así). Ni bien terminó el murmullo, la instructora se apuró en levantar la voz y decir “bueno bueno bueno, tampoco se sugestionen”. Cortó con el ejercicio, cambió de tema y el curso siguió por sus carriles, con todo aquello que podría definirse como que estoy maravillosamente bien disfrutando el momento mientras tengo la compañía de este fiel cánido prendido de mis pelotas. Disculpen por lo explícito, era para fijar la idea nada más.

El hecho es que un par de años después, caminando por 18 de Julio, me meto en una librería y en la mesa de ofertas se me da por ojear un libro de J.J. Benítez, intitulado “Ovnis. SOS a la humanidad”. Como el tema siempre me despertó curiosidad lo abrí y desplacé mi vista por dos o tres páginas al azar. Me sorprendí bastante cuando en uno de los capítulos veo entrecomillada la frase “Hola, me llamo Oxalc y vengo de Ganímides”. De inmediato me acordé de la anécdota de un par de años atrás y no pude dejar de comprar el libro. Lo leí con tanto interés que esa noche soñé con una luz muy intensa que alumbraba las celosías que dan a la calle. No más que eso. Y bueno, el libro contaba que este tal Oxalc se comunicaba por telepatía con unos peruanos y unos colombianos de la misión Rama, la de Sixto Paz. El asunto quedó en eso.

Como diez años más tarde nos juntamos con un grupo de amigos de la adolescencia. En particular, yo casi no los veía desde entonces y los volví a reencontrar por esos momentos. El hecho es que estábamos reunidos y de golpe viene un apagón. Prendimos unas velas y la ocasión pintó para hablar “de aparecidos”, por decirlo de alguna manera. Creo que comenzamos a hablar de extraterrestres y esas cosas cuando uno de mis amigos nos dice que es muy amigo de un “contactado”, que sabe mucho y es buena gente, que por encima de que es convincente le cree porque no lucra de ninguna forma con el asunto de sus contactos extrerrestres y que si nos interesa arma una reunión en su casa para que le preguntemos lo que queramos.

La reunión tuvo lugar meses más tarde y este señor (llamémosle H.) nos contó de su amistad con Sixto Paz, menciónó que ya no pertenecía más al grupo pero más o menos nos narró cómo se involucró en el tema y un poco de lo que sabía. El tema es que nos hicimos amigos y H. tenía las puertas de su casa abiertas para juntarse a meditar con quienes quisieran ir y con mis amigos nos prendimos. En aquellas meditaciones no sucedió nada extraordinario, mas allá de la sensación que puede sentirse meditando, que de por sí es algo grato y saludable. Pero ya en confianza le comenté a H. sobre esto del chico que recibió la transmisión de alguien llamado Oxalc en sus sueños y le cuento luego que descubrí ese nombre en un libro de Benítez . H. me miró esbozando una sonrisa y me dijo: “Ah, Oxalc es amigo...”.

H. me contó que recibió mensajes telepáticos de Oxalc muchas veces y que una vez tuvo un encuentro cercano con él, junto a Sixto Paz y algunas otras personas, en el desierto peruano de Talca. H. dice que entrar en contacto físico con gente de otro mundo no es como lo que se ve en las películas. Dice que cada planeta tiene una frecuencia vibratoria, adoptada por todos los seres que lo habitan. Para estar cerca de alguien proveniente de un lugar con su propia frecuencia, de no mediar una preparación del organismo de un par de semanas como mínimo, sería un encuentro muy desagradable. Según me comentó, te vomitarías encima, te orinarías y te defecarías, todo casi al mismo tiempo. Según agregó, incluso con algunas razas no es posible el contacto directo por esa diferencia vibratoria.

La verdad es que H. me resulta creíble: sigue viviendo de su oficio original y sólo se ha remitido a contar su punto de vista de las cosas y hablar de lo que le han transmitido, sin hacerlo de una forma invasiva o doctrinaria. No me queda otro remedio que creerle. Y Oxalc, si estás leyendo no te podrás quejar de la propaganda que te estoy haciendo.

***

Originalmente, en este posteo quería hablar del sospechoso modo en que las principales potencias mundiales están desclasificando sus archivos x. Resulta que de negar cualquier contacto o la existencia de los ovnis, ya se están viendo noticias oficiales sobre que la nave tal vio unas luces o que otra nave comercial casi se lleva puesto algo o que un piloto de guerra fue encomendado a seguir y derribar un ovni y no pudo conseguir su objetivo. Supongo que es el comienzo, pero es fácil imaginar que debe haber muchos más niveles de información que permanecen ocultos. Por qué se comienza a hacer público en este momento, es buena pregunta. Sería bueno que alguien la contestara. Pero el posteo original se transformó en esta cosa que están leyendo. Me pasa que me voy por las ramas, en general.

***

Lo otro que me sucedió es lo siguiente: hace unos cuantos días me puse a observar una caminito de hormigas que estaba lleno como la interbalnearia un domingo de verano por la tarde. Me dio por hacer un piquete con unas piedritas para ver cómo lo resolvían. Es decir, yo sé que no es de las cosas que tiene que andar haciendo un tipo grande por ahí, pero hice de cuenta que tomaba sol y realicé esa experiencia sin que nadie se percatara de ello. Quería saber.

Como era de esperar, lo primero que ocurrió fue el colapso del tránsito. Las hormigas que volvían cargadas se comenzaron a amontonar en el piquete y no lograban pasar. Se les complicaba escalar con la carga y cada tanto pasaba alguna; el resto terminaba retrocediendo y tomando un camino alternativo a través del pasto.

Naturalmente, caminar por el pasto representaba para las hormigas un costo energético y de tiempo significativamente superior al que venían utilizando antes de estar yo en la vuelta con ganas de hacer experimentos. Imaginé que comenzarían a “talar” pastitos y hacer un camino de emergencia para sortear el piquete. Pero no hicieron nada. Al principio noté que las hormigas soldado trepaban y estaban alerta mientras las otras iban con su carga para un lado y a buscarla hacia el otro. No parecía haber entre ellas ninguna con inventiva para resolver problemas.

Volví a fijarme en los días siguientes y las hormigas seguían usando el mismo camino (otra de mis suposiciones era que lo abandonarían). Pasaron los días y no le di más pelota al asunto. Hoy de mañana, cuando saqué a pasear a mi perra Gaia me puse a ver los caminos de hormigas que había en la vuelta y noté que eran más anchos que los que había observado antes. Quizás dos o tres veces más anchos. En uno de ellos observé que había hormigas circulando a una velocidad mucho mayor a la que iban antes. Al haber más espacio y tener una superficie más despejada ganaban velocidad en forma considerable. Me vino a la mente si no tendría que ver con el experimiento de semanas atrás y si no sería esta una solución global que tomaron las hormigas para solucionar el problema puntual que les puse. Pero a lo mejor no tiene nada que ver y es una conjetura. Pero si empiezan a escribir de otras partes del mundo para contar que las hormigas están haciendo sus calles más anchas y que están ganando eficiencia, me voy a preocupar un poco.

***

Ayer estaba leyendo un libro sobre las diferentes formas de inteligencia que tiene el ser humano, una obra basada en estudios de un tal Dr. Gardner (ya fallecido) de la universidad de Harvard . En los últimos dos días me sucedieron sendas cosas que no suelen pasar. El jueves estaba leyendo algo acerca de la cantidad de horas que mira televisión el norteamericano promedio. También hablaba sobre la velocidad media de lectura -unas 250 palabras por minuto- de esos mismos ciudadanos, para poner como corolario los libros que se podrían haber leído mientras están sentados de culo 4 horas por día mirando American Idol y esas cosas que miran ellos. Transcribo esa parte:
…el americano promedio podría leer en una semana:
* La poesía completa de T.S. Elliot
* Dos obras de Thornton Wilder, incluida Nuestra ciudad
* La poesía completa de Maya Angelou
* El gran Gatsby de F.Scott Fitzgerald
* El libro de los Salmos
Todo eso en una semana.
Corto aquí la transcripción para contarles una especulación que hice. Cuando leí el nombre de T.S. Elliot, por algún motivo la forma de la palabra me llevó a pensar en Tolstoi. Por alguna razón vi que, al menos para mí, eran palabras parecidas. Y comencé a pensar en Tolstoi y en que nunca leí nada suyo; acto seguido me imaginé a Dostoiesvsky, ya que siempre me los confundí; hasta el año pasado, que leí “Los hermanos Karamazov”. Me puse a recordar los personajes, la historia, etc. Me quedé unos segundos absorto en eso y decidí seguir con la lectura, cuya transcripción prosigo:
Si el estadounidense medio renunciara a ver televisión una segunda semana podría leerse todo Moby Dick, incluida la parte de las ballenas y tener bien avanzado, si no acabado 'Los hermanos Karamazov'
Imaginen la sorpresa. De los millones de libros y obras escritos hasta el momento, el autor menciona una en la cual me detuve a pensar segundos antes, llegando a ella por un camino caprichoso por encontrar morfológicamente similares a T.S. Elliot y Tolstoi y por confundirme a este último con Dostoievsky. Se me ocurrió que quizás la información de los Karamazov ingresó a mi mente en forma inconsciente: a pesar de todavía no haberlo visto, el título de la obra estaba frente a mis ojos, varios renglones más abajo de donde yo estaba atendiendo. Pero igual me resultó una coincidencia mayúscula: de todos modos, llegué a ese título a raíz de una cadena mental espontánea que nada tenía que ver con eso.

Al día siguiente, leyendo el mismo libro me ocurre algo muy parecido (y les juro que no recuerdo otra vez antes que me hubiera pasado esto leyendo).
El autor cuenta que en el jardín de infantes, la maestra entregó a sus alumnos un cilindro de cartón para que hicieran un portalápices de regalo para sus padres. En ese momento, el narrador razona que sus padres nunca usan lápices, no escriben, no van a valorar ese regalo y comienza a imaginar qué puede hacer con ese cilindro para regalarle a sus padres y obtener de ellos una sonrisa. Finalmente decide adornarlo: le hace unos ajustes y comienza a transformar el cilindro en una casa. Cuando la maestra lo “descubre”, lo regaña de inmediato y le aclara: “Dije que un portalápices”, coartando toda posibilidad creativa del niño.

En el libro, el tipo comienza a hablar de esto y va sacando una serie de conclusiones acerca de la creatividad y cómo resolver las cosas de una forma diferente. Se me viene a la cabeza el problema que les planteé a las hormigas y la forma en que estas, supuestamente lo resolvieron, así que me quedé un rato largo pensando en estos insectos. Porque además era una de las cosas que me quedan dando vueltas en la cabeza, en alguna región cerebral denominada “tengo que escribir un post sobre esto”. Una región que suele ir llenándose de telarañas, hongos y esas porquerías. Seguí leyendo después de un buen rato y llegué a una parte en la que el autor, dentro del mismo ejemplo que estaba contando, empieza a hablar de un biólogo que hizo un experimento con hormigas y salté de la silla como impulsado por un resorte.

Caminé por mi habitación, recordé lo de los hermanos Karamazov del día anterior, me puse a pensar que de los millones de cosas que podían seguir a continuación de esa anécdota la posibilidad de que hablara de un científico haciendo experimentos con hormigas era más o menos igual que acertar 12 o 13 premios de lotería consecutivos. Imaginen la cantidad de cosas que hay para contar -y dentro de ellas la cantidad de animales que podría usar un biólogo para sus experiencias- y que justo sean hormigas, cuando segundos antes yo pensaba fuertemente en una experiencia hecha con esos insectos semanas antes. Es demasiado para mí.

A manera ilustrativa, el experimento no tenía que ver con el transporte pero sí con un tema de logística. Según esta experiencia, el científico había notado que cuando una hormiga muere, las otras acuden a ella por cierto olor que desprenden unas feromonas y la retiran para colocarla en el lugar donde ponen sus residuos. Este hombre hizo la experiencia de rociar a una hormiga viva con esas feromonas para corroborar que enseguida era invadida y trasladada por las otras hasta el lugar de los desechos. Cuando la hormiga lograba salir de ahí, era sistemáticamente repelida por las otras y vuelta a colocar en el mismo sitio. O sea, que no las podía hacer entrar en razón, digamos. El hecho es que la historia termina en que “no sé si Wilson (el nombre del biólogo) habrá sentido remordimientos por haberle impuesto semejante destino a la hormiga desprevenida o habrá sentido que hacía algo que produciría un importante progreso para la ciencia”. También yo había pensado en eso mismo, que no soy científico pero hago esas cosas cuando saco a pasear a mi perra y me aburro. Nada, que uno a veces hace las cosas y tampoco sabe por qué. No se puede estar todo el tiempo buscándole una razón a todo.

***

Con todo esto de las hormigas y las casualidades me vino a la mente mi viaje a Bolivia del año pasado. En una ocasión, bajando a un río desde la ruta por la cabecera de un puente, me agaché para pasar por debajo de un tronco caído y uno de mis compañeros bolivianos me alertó: “¡Cuidado con las hormigas!”. Hice caso omiso: hasta ese momento, lo más drástico que me podía pasar con una hormiga era pisarla. Instantes después sentí un dolor espantoso en mi dedo índice: básicamente como si una máquina me lo hubiera arrancado. Cuando miré, vi una hormiga prendida del mismo; hice una bolita con ella y la tiré lejos. El dolor persistió durante varios minutos. Se ve que los bolivianos cuando les dicen “¡Cuidado, una hormiga!” saltan como lo hacemos nosotros cuando te dicen “¡Cuidado, una araña!”. Me fui de tema.

Estábamos un día con mis compañeros de viaje circulando por la ruta cuando me pidieron que les contara un cuento "de los que se cuentan en Uruguay". Yo siempre me olvido de los cuentos y para peor, cuando me acuerdo de uno no me acuerdo bien de qué iba o me olvido el final. Pero se me ocurrió contar el del gato hidráulico que era bien corto y de final contundente, de modo que me lo acordaba.

El cuento va de que un tipo anda de noche por una ruta muy desolada y pincha un neumático. No tiene gato para levantar el coche y comienza a desesperarse hasta que ve una lucecita a los lejos. Entonces comienza a especular si ir o no, que para qué va a ir hasta donde está la luz si seguramente no haya quien lo atienda y si lo atienden lo más seguro es que no tenga gato. O quizás lo tenga y por desconfianza le mienta con que no. Entonces le tendría que implorar por el gato para que finalmente el otro le admita que sí tiene gato pero que no piensa prestárselo porque no lo conoce. Y está así un rato largo haciendo especulaciones de ese estilo, hasta que al final decide caminar durante otro largo rato hasta la casita en el medio del campo. Cuando llega, lo atiende un señor en forma por demás amable y cordial. Cuando le pregunta qué se lo ofrecía a esas horas, el tipo le responde gritando: “¡Y EL GATO TE LO METES EN EL ORTO!”.

A mis compañeros les causó mucha gracia este chiste, fue bastante festejado. Me pidieron más pero la verdad es que no logré acordarme de ningún otro, y para ser honesto, ellos eran tres (un cochabambino, un cruceño y uno de Potosí) y tampoco aportaron ninguno.

El tema es que lo festejamos un rato largo. Y sucedió que un par de horas después, atravesando la selva por la ruta 4 sonó el celular del chofer, Chichín, el de Santa Cruz. Lo llamaba su hermano para preguntarle si sabía donde estaba el gato hidráulico de su camioneta (¡!). Chichín, ni lerdo ni perezoso (los cruceños son locuaces muy por encima de lo normal) le espeta “¡EL GATO TE LO METES AL CULO!” y no pudimos parar de reírnos durante otro buen rato. El hermano del otro lado se habrá quedado mudo sin entender el por qué de la grosería. De nuevo, en mi vida jamás estuve frente a alguien que recibiera un llamado preguntándole por el gato hidráulico, pero recibirlo en esa ocasión, entre los mismos cuatro que habíamos festejado ruidosamente un chiste alusivo un rato antes me pareció una cosa fabulosa.

Yo creo que tiene que haber un dios, y que se caga de risa con estas cosas. No hay otra explicación.

Gracias por leer.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, me llamo Oxalc y vengo de Ganímides

Anónimo dijo...

hay que darte un beso o reculando martillar el revólver mientras se disca al diario el país, sección pasta base, interno temía por mis hijos, mi mujer, el loro.
en cualquier caso, te faltó nomás el proverbial, de cajón acápite,

'They are students of Charles Xavier, MUTANTS - feared and hated by the world they have sworn to protect. These are the strangest heroes of all!
These are the Uncanny X-Men!'

yay

Robertö dijo...

Stan lee presents: me pusiste en la disyuntiva de tener que elegir entre un beso tuyo y un chumbazo. Lo voy a consultar con mi cuerpo calloso. Vos escribís raro. Vos te entendés?

Oxalc: bien ahí. Hacete un blog. Yo creo que con el milagro de la banda ancha y las tele conferencias te podés ahorrar un dineral en combustible. Los ovnis son cosa del pasado. Lo único que la banda ancha va a tener que ser larga también. Pero eso no debe representar problema para ustedes. Ahora ojo con el sotware pirata, no jodan con eso. La iglesia dijo dos cosas de interés en los últimos años, que usar software pirata es pecado y por otro lado que la biblia no niega a la vida extraterrestre. Yo creo que la iglesia les debe querer encajar una patente, no se duerman.

Saludos y gracias por pasar.

Anónimo dijo...

Röb, me llevó bastante leer un post tan largo porque yo no tengo esos poderes. Los extraterrestres existen. Sin ir más lejos hace poco salió un informe que da cuenta de que un avión inglés estuvo a punto de chocar contra un plato volador. Yo hice alguna referencia en mi otro blog. A mi el tema de otros mundos y seres de otros mundos me motiva a la reflexión, a saber: cómo serán las vestimentas extraterrestres, usarán cosméticos, cuidarán la piel con buenas cremas, serán pelados como ET (qué horror!), irán al spa, cómo serán los shopping en otros mundos, etc.?

Robertö dijo...

Si se me extendió un poco el posteo.
Francia, España e Inglaterra están desclasificando los archivos ocultos que involucran ovnis. No recuerdo que obispo declaró hace poco que la biblia no niega la existencia de los extraterrestres. Y yo sospecho que algo hay. Tanta sinceridad toda junta me da para desconfiar.
Gracias por leer.

Anónimo dijo...

Es cierto que resulta sospechoso... si hasta yo que no soy nada paranoica creo que hay gato encerrado.

Yo también solía hacer experimentos con hormigas en los años de mi niñez. Cuando iba a la estancia, me gustaba vaciarles una pava de agua caliente en el hormiguero y ver el efecto. Quedaban fritas. Se retorcían y morían como un gusanos. En realidad más que experimento era una reacción defensiva lógica cuando metía la pata en un hormiguero y me picaban. No se como serán las bolivianas, pero no creo que las chiquitas coloradas criollas cuando te agarran entre varias tengan mucho que envidiarles.

Anónimo dijo...

no, los extraterrestres vienen recién en el ciento y pico de uncanny cuando jean grey hace contacto con el phoenix como el cofrade en las clases de control mental. beam y una nave bowie y está la princesa lilandra del imperio x`hiar, que tiene unas pestañas duras, preciosas y oscurísimas, rasgos delicados, evanescentes, la boca enfurruñada y para colmo y en consecuencia siempre usa una malla y se le ven las gambas, candelaria. yo no recuerdo o distingo si tenían, quiero decir, tendrán, mientras profetizo, buenas o malas intenciones, si fight the future o régimen de vichy y el profesor xavier parece que tampoco así que usa el encanto de una testa enteramente pelada para despertar el instinto maternal en la emperatriz intergaláctica que, ya suponemos, es poderosa implacable, es bella, es terrible, y si ve un bebé se deshace porque no es de andar jugando al dr. mengele con las hormigas, no estoy señalando a nadie.
la aristocracia es una cuestión de carácter y charles xavier, en plan espía, se ve de golpe empalmado y en dos patas vellosas remedando los videos de jane fonda. mas, recórcholis, entretanto, no lejos de allí, los x men, no recuerdo la formación, luchan por sus vidas contra la guardia pretoriana de lilandra, unos superamigos de mirar pérfido, y hasta con mohawk, uno, que buscan aniquilar a jean greay, es decir al phoenix, antes de que jean grey sea completamente avasallada por la entidad y haga como galactus, en breve, también, en sus hogares, o el caño con la inocencia de nuestros niños asexuados y dependientes o el Islam, o el calentamiento global. entonces militarismo humanista, como alguien dijo, discútase. en definitiva, más que maracaná, méxico 70. todo en una galaxia distante. continuará. ocupado.
links.
http://rapidshare.com/files/172671224/el_hombre_que_confundi__a_su_mujer_con_un_sombrero_-_Oliver_Sacks.zip.html - *consejos útiles para deshacerse de quien no debiera saber tu número de teléfono pero una noche de farra a la décima grapa.

paganos:

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/futuro/13-1776-2007-09-09.html

sí.
aunque beso mejor de lo que disparo, o apunto, que no es cuestión de ser pródigo, ni pavonearse, confieso que tengo la costumbre de provocar lástima. de manera que no, no respondo por la sinceridad de las, los abajo firmantes, padre. ni lo uno ni lo otro, recomendaría.

the truth is out there.

Anónimo dijo...

No entendí NADA. Pero estoy de acuerdo en que la aristocracia es una cuestión de carácter. Y también de sangre.

Unknown dijo...

La verdad que te tengo que felicitar. No tengo ni tres minutos libres en el día. Estoy lamentando no poder seguir los post de este blog, pero le dedico un rato largo al tuyo.. quizás la última parte la leí como premio a lo atrapante de la primera.
Me quedé mal con lo de Oxalc (que lo felicito por hablar español, aunque me indago y me indigno sobre si la telepatía hace la traducción simultánea de los conceptos; que sería una cuestión más posible que la telepatía misma, ¿no?)
Bueno, el caso es que lo contás de modo creíble, y eso hace que te responda cosas como por ejemplo que alguna vez, cuando aún vivía con mis viejos, en la tele blanco y negro que tenía en mi cuarto -sin cable- (tele que quedaba prendida en la lluvia de la falta de señal cuando yo pestañaba hasta el siguiente amanecer), Bueno, el caso es que me desperté porque alguien desde la tele, en la madrugada y sobreponiédose a la lluvia de la falta de señal, me llamaba por mi nombre y me daba una serie de indicaciones que hice siempre fuerzas para atribuir a las consecuencias del abuso de consumos de ciertas cosas, aunque ese día no había tocado nada.
El caso es que estos temas son por demás álgidos, y no suelen interesarme tocarlos porque, la verdad, no creo un sorete en nada sobrenatural....
En cuanto a los ovnis, admito que siempre me pasparon los tipos que hicieron referenacias a ellos.
Me parece inverosímil la existencia de éstos, aunque eso sí: pensando tres segundos en las distancias de las 'estrellas cercanas', en los brazos de las galaxias, en las galaxias completas, etc... se me hace que sería demasiado privilegio ser el único planeta con seres vivos.
Al fin y al cabo, son temas inagotables, pero desconocidos, por lo cual su abordaje siempre da lugar a la confusión con la locura. Y además, me importan un bledo, aunque admito que son atrapantes.
Por si las moscas, firmo con el seudónimo.
JuanFda

Robertö dijo...

Hola Juan. Gracias.
Varias cosas. Primero es que hay que disociar el concepto de vida extraterrestre del de "sobrenatural". Debieramos verlo como lo más natural del mundo. Fijate que en las etapas primarias de la Tierra esto era un gran caldo de rocas fundidas, con volcanes por todas partes(hasta nuestro estable país estaba lleno de volcanes)y la atmósfera estaba saturada de nubes de veneno al lado de las cuales nuestra actual contaminación sería objeto de risa. Una vez que comenzó a generarse el equilibrio, mediante la combinación de un caldo de determinados elementos químicos la vida se gesta (está probado en laboratorio). Arrancás con cadenas de aminoácidos hasta terminar en cosas compejísimas como somos nosotros, por poner un ejemplo. Así se genera la vida aqui y en cualquier lado.
Por otra parte hay en la tierra criaturas simples increiblemente resistentes a las altas temperaturas, radiación, etc. Con que una sola hubiera resistido viva en las entrañas de un meteorito de los que suelen visitar cualquier planeta por carradas, bastaría para que comenzara a replicarse y mutar de llegar en el momento preciso.

Sobre lo que preguntás de la telepatía, no fue un tema en el que profundizara, pero H. me contó que los mensajes eran recibidos por grafografía (en el caso que conté el muchacho recibió imagen y sonido a través de un sueño y no tengo más detalles). Es decir, H. o alguno de sus familiares comenzaban a escribir compulsivamente cosas con sentido sin tener la menor idea de que era lo que escribían. A tal punto que cuenta H. que Oxalc les dijo que debían viajar a Perú y buscar a Sixto Paz para unirse a su grupo. Cuando llegan a Perú para contarle toda la novedad a Sixto Paz, con quien no habían tenido contacto previo, les abre los brazos y les dice que ya sabe quienes son, que vienen de Uruguay y que los estaba esperando.

Te confieso que nunca le pude creer a Sixto Paz, siempre me pareció que fabulaba y también te confieso que si H. diera conferencias por dinero, escribiera libros y viviera la gran vida desconfiaría muchísimo. Pero H. es un tipo austero y basta tratar con él para darse cuenta que es un tipo llano y sencillo.

Es un tema que cuando menos tiene bastante tela por cortar.

Anónimo dijo...

Sin ir más lejos hace pocos días descubrieron que había océanos subterráneos en una de las lunas de Júpiter. Si hay agua acá nomás en el sistema solar, que dejamos para el resto del universo. Y si hay agua no sería nada raro que también haya vida tal cual la conocemos.

Cacho_vela_crush dijo...

la historia del tipo es la misma que la de funes el memorioso o al menos muy similar

Robertö dijo...

Así es Maru. El hidrógeno es un elemento abundante en el universo, y el agua no es una rareza por lo visto.
Por otra parte, el ser humano sigue accediendo a zonas de la Tierra antes impenetrabales y encuentra vida. Hace un tiempo descubrieron unos gusanos enormes que viven en el entorno de las emanaciónes de asufre en las fosas del pacífico, a miles de metros de profundidad donde no llega ni una gota de la energía solar. A temperaturas elevadísimas por el contacto con el magma del manto terrestre.
También descubrieron hace unos días una bacteria desconocida a miles de metros debajo de la tierra (3 km), haciendo perforaciones para una mina de oro. Parece ser que esta bacteria vive a 66 grados de temperatura y obtiene la energía vital de las radiaciones de uranio.
A lo que voy es que cuando tenés ess formas de vida elementales después es esperar, para el universo un par de miles de años no es nada.

Cacho: Si, me acordé de Funes cuando vi que el tipo tardaba 5 horas en decir el número pi. Pero buscando vi que hay otro Savant, que le tirás fechas y te dice que día de la semana cayeron, y además el tipo de dice lo que comió ese día y lo que hizo. En este caso el tipo era un niño normal y recibió un pelotazo jugando al baseball.
A veces la realidad supera a la ficción, gran frase hecha.