A seis años del 20 de diciembre de 2001, nunca estuvo más claro que "el pueblo" sólo se molesta en manifestarse masivamente cuando le meten el dedo en el orto al más alto nivel.
Entendiendo, claro, como "más alto nivel" ese en que te meten la mano en el bolsillo, porque convengamos que el fingerfucking* es diario y nos lo bancamos como reyes.
En Argentina, un día se dieron cuenta que había demasiados pobres (también muchos vivos) y si no protestaban, iban a ser más lo primero que lo segundo.
Otros entendieron que a mayor riesgo país, más país en riesgo.
Y que con un país en riesgo, no hay dios que te salve
aunque todos se arrodillen a rezar,
más que nada porque ni el color cambia una imagen que hubiera sido la misma casi 30 años atrás.
O 40.
Por suerte hay gente que sabe decir no.
O basta,
basta por favor.
Hasta que termina,
aunque seis años después ni siquiera Kristina se digne a acordarse de los más de 30 muertos.
(ni de la plata que no podían sacar de los bancos, como para que esto no quede demasiado tendencioso)En homenaje a Todos Gronchos, uno de los pocos que lo tuvieron en cuenta.
*sabida es mi aversión por el uso de términos anglosajones dentro de textos en castellano, pero hay expresiones tan rotundas que no admiten traducción.
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