Todo Goyo

Si hubiera que elegir un diario impreso para guardar como recuerdo del histórico procesamiento de Gregorio Alvarez, sin duda debería ser El Observador.

Si bien el procesamiento de Alvarez no fue mencionado en el editorial, sí fue destacado como Hecho del día, columna publicada diariamente en la misma página que la anterior. Aunque a falta de firma se podría pensar que ambos textos comparten autor, esto no es así, por lo que puede inferirse con total seguridad que Ricardo Peirano considera más importante hacerle bombo a un posible TLC con Estados Unidos, que opinar sobre el procesamiento del más alto mando militar de la dictadura por delitos vinculados con la desaparición forzosa de personas. Pero es sólo un detalle, como que el Hecho del día hable de "el período oscuro de nuestra historia desatado por la insurrección tupamara, la represión extrema y la dictadura militar" (en ese orden, tal parece) y proponga cerrarlo "de una vez por todas" para así "sellar la paz entre los uruguayos", cuando todavía falta saber demasiado sobre esos años.

Dejando de lado la línea editorial de un medio en cuya redacción, -de acuerdo a una columna de Marcelo Jelen publicada en la la diaria en noviembre del año pasado- "al menos" hasta 1993, "se recomendaba aludir a la dictadura con el eufemismo 'gobierno de facto'", justo es reconocer que la cobertura del procesamiento fue la mejor de todos los diarios nacionales (empatando, sólo en cantidad, con La República), dedicándole en total ocho páginas.

Lógicamente, el primer punto a destacar es la tapa. La consecución de la plancha policial de Gregorio Alvarez no fue producto de otra cosa más que de un intenso trabajo de periodismo que, es de esperar, se haya visto reflejado en las ventas de ese día.

Entre las notas de rigor (crónica de la detención, fundamentos del procesamiento, primer día en la cárcel, entrevista a la fiscal Mirtha Guianze), un par de pastillas sobre la suspensión -por parte del BPS- del cobro de su jubilación como ex presidente (aunque sólo se refiere al "acto institucional Nº13", sin dar más detalles), recordando que, en su momento, el ex senador Leonardo Nicolini planteó el tema en el Parlamento y otra rememorando la tensa relación entre Alvarez y Gavazzo, otro de los militares recluidos.

Además, hubo lugar para una crónica sobre su carrera militar y dos recuadros en los que se recuerda la frase "Ni que bajen los marcianos", pronunciada por Alvarez en una rueda de prensa al ser consultado sobre los rumores de una posible devaluación (que terminó ocurriendo unos días después) y otro sobre el "Operativo Conserva", denunciado por el ex senador Alberto Zumarán en 1987.

"Aquella benevolencia de los diarios de la época" es el título de la nota que refleja un muy trabajo de investigación sobre las reacciones tanto de El País como de los extintos El Diario, La Mañana y El Día, además de las reproducciones de algunas de sus tapas y notas principales el día siguiente a la asunción de Alvarez. A continuación, una entrevista a Luisa Cuesta, uno de los máximos exponentes de la Asociación de Familiares de Desaparecidos y la perlita final: la columna de Juan José Norbis sobre la relación del Goyo y el periodismo por aquellos años, incluida una buena anécdota.

En caso de querer más detalles, acá está el archivo con toda la cobertura (formato .pdf)

Por su parte, el editorial de El País también esquivó el tema y prefirió cuestionar la vigencia de la laicidad, en referencia a un por demás estúpido hecho ocurrido en el liceo Nº 18. También tuvieron su espacio la Cumbre de Bali, Andres Hoppenheimer dándole palo por enésima vez a Hugo Chávez, una crítica a la ministra Arismendi por haber manifestado que los usuarios del PANES también "tienen derecho a teñirse el pelo" y hasta un lloriqueo reclamando el traslado de "La noche de las luces" a cualquier otro lugar que no sea Pocitos. Pero nada de Alvarez, cuyo procesamiento se cubrió en tres páginas en las que se encuentran: la nota principal detallando los crímenes de los que fue acusado, un par de recuadros consignando qué puede suceder con su cuadro en la Galería de Honor del Comando y cuántas jubilaciones percibe (sin decir nada acerca de la suspensión), además de una cronología de la detención y un detalle sobre sus condiciones de reclusión. También incluyen una entrevista a la fiscal Mirtha Guianze, una nota sobre la renuncia de los abogados y otra sobre las reacciones de diferentes agrupaciones políticas.

La República, además de (previsiblemente) referirse al tema en su editorial, realizó una cobertura similar sobre los mismos temas, añadiendo una entrevista al abogado denunciante, Oscar López Goldaracena, un detalle de las actividades de Juan Carlos Larcebeau (procesado junto a Alvarez) y un infaltable autobombo sobre la influencia de las investigaciones del diario en el resultado judicial. Al igual que El Observador, también informa sobre la suspensión por parte del BPS de su jubilación de ex presidente, aunque sin dar las razones de la misma.

Lo sorprendente fue la cobertura de la diaria, sobre todo porque se esperaba más de un medio que en los últimos 19 meses dedicó siete tapas a Alvarez (tres de ellas en los 30 días anteriores a su detención). Se entiende que las 16 páginas limiten un poco el campo de acción, pero la noticia ameritaba el sacrificio de otras secciones. La crónica de Guillermo Garat está muy bien, aunque deja gusto a poco y en la diaria hay mucha gente capaz como para dejar que Garat cargue solo con todo el fardo. Sus razones habrán tenido.
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