Ayer, el diario El País publicó los resultados de un informe de un grupo de investigadores de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que - de acuerdo a la escasa y antojadiza capacidad de comprensión del periodista-, concluían que el estado del río Uruguay, tras el inicio de actividades de Botnia, era "razonablemente bueno".
La nota, basada en una entrevista al director del grupo de investigación, Héctor Ostera, afirmaba que "no existen efectos alarmantes, más allá de los problemas que ya existían". Mencionaba, además, las limitaciones impuestas por la Cancillería argentina en cuanto a la difusión de los resultados del estudio.
Horas después, tras la difusión de los resultados en varios medios argentinos y uruguayos, el investigador se comunicó con la agencia Noticias Argentinas para aclarar que ese análisis había sido realizado en forma previa a la instalación de la planta y manifestó sentirse "decepcionado" por los resultados del reportaje, ya que si bien podría pensar que hubo "una confusión entre comillas", lo cierto era que en El País "escribieron lo que quisieron". Consultado por La Nación, fue un poco más allá y calificó la publicación de la noticia como "una burda maniobra, con una manifiesta mala intención".
Tras las declaraciones de Ostera, El País publicó a las 18.39 la transcripción completa de la entrevista. Herido en su orgullo, el matutino aclaraba que en la misma, surgía "claramente" que se refería "a estudios previos y posteriores". Entre pucheros, agregaba que hasta el momento de la publicación, el investigador no se había comunicado "con el diario ni con el periodista que le realizó la entrevista para solicitar una rectificación o aclaración". Es que después de leerla, ni falta que hacía.
Ostera comienza narrando el surgimiento del proyecto, a instancias suyas, producto de la preocupación de la Intendencia de Gualeguaychú. De acuerdo a su declaración, el volumen de información disponible de los controles periódicos de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), "no era quizás suficiente para evaluar posteriormente el potencial de impacto que podría llegar a tener la planta". En un acto de extrema benevolencia, la confusión de El País podría justificarse sólo en un principio, ya que Ostera menciona la obtención de "un volumen bastante importante de información" a través del estudio a su cargo, que "en términos generales" arrojó como resultado "nada muy distinto" de lo que CARU había obtenido inicialmente, sin aclarar si fue antes o después del funcionamiento de Botnia. En términos específicos, se refería al exceso de fósforo, producido a través de muchos años tras "el volcado de efluentes cloacales sin tratar y la actividad agrícola". Tras esto, el periodista pregunta si existe algún efectivo negativo a dos meses de inaugurada la planta , a lo que Ostera responde textualmente:
La nota, basada en una entrevista al director del grupo de investigación, Héctor Ostera, afirmaba que "no existen efectos alarmantes, más allá de los problemas que ya existían". Mencionaba, además, las limitaciones impuestas por la Cancillería argentina en cuanto a la difusión de los resultados del estudio.
Horas después, tras la difusión de los resultados en varios medios argentinos y uruguayos, el investigador se comunicó con la agencia Noticias Argentinas para aclarar que ese análisis había sido realizado en forma previa a la instalación de la planta y manifestó sentirse "decepcionado" por los resultados del reportaje, ya que si bien podría pensar que hubo "una confusión entre comillas", lo cierto era que en El País "escribieron lo que quisieron". Consultado por La Nación, fue un poco más allá y calificó la publicación de la noticia como "una burda maniobra, con una manifiesta mala intención".
Tras las declaraciones de Ostera, El País publicó a las 18.39 la transcripción completa de la entrevista. Herido en su orgullo, el matutino aclaraba que en la misma, surgía "claramente" que se refería "a estudios previos y posteriores". Entre pucheros, agregaba que hasta el momento de la publicación, el investigador no se había comunicado "con el diario ni con el periodista que le realizó la entrevista para solicitar una rectificación o aclaración". Es que después de leerla, ni falta que hacía.
Ostera comienza narrando el surgimiento del proyecto, a instancias suyas, producto de la preocupación de la Intendencia de Gualeguaychú. De acuerdo a su declaración, el volumen de información disponible de los controles periódicos de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), "no era quizás suficiente para evaluar posteriormente el potencial de impacto que podría llegar a tener la planta". En un acto de extrema benevolencia, la confusión de El País podría justificarse sólo en un principio, ya que Ostera menciona la obtención de "un volumen bastante importante de información" a través del estudio a su cargo, que "en términos generales" arrojó como resultado "nada muy distinto" de lo que CARU había obtenido inicialmente, sin aclarar si fue antes o después del funcionamiento de Botnia. En términos específicos, se refería al exceso de fósforo, producido a través de muchos años tras "el volcado de efluentes cloacales sin tratar y la actividad agrícola". Tras esto, el periodista pregunta si existe algún efectivo negativo a dos meses de inaugurada la planta , a lo que Ostera responde textualmente:
"Nosotros tenemos el registro hasta antes de la puesta en funcionamiento de la planta. El registro desde la puesta en marcha de la planta lo vamos a tener entre enero y marzo. Simplemente pudimos ver, y de alguna manera caracterizar cuales eran los niveles de las concentraciones de metales en agua, de compuestos orgánicos, ese tipo de cosas así"Como al parecer, el periodista se quedó dormido durante la enunciación de esa respuesta, sobre el final de la entrevista insiste y Ostera aclara que, por ahora, sólo manejan hipótesis:
- ¿Objetivamente, que podría decir respecto a las emanaciones de Botnia, cumplidos dos meses de funcionamiento?- Nosotros podemos estimar el impacto de los efluentes al agua partiendo de las peores hipótesis posibles. Asumiendo que la emisión que dijo la planta iba a tener, es la que va a tener y asumiendo las peores condiciones del río, las bajantes, el bajo caudal, etc.
Por las dudas que en algún momento El País vuelva a rasgarse las vestiduras ante acusaciones de tergiversación, vale rescatar un par de declaraciones que el periodista prefirió, convenientemente, no destacar:
-Los modelos, de acuerdo a lo que expresaron los especialistas, dicen que existe la posibilidad de que llegue contaminación a Gualeguaychú, los ordenes o niveles de concentración ya es otro problema.Sin embargo, aun con la contundente declaración inicial, 24 horas después El País logra que Ostera se baje los pantalones y admita que "a lo mejor", no se expresó "con la suficiente claridad". Hay que joderse con estos tiranos periodísticos, cuya manipulación informativa no amerita una mínima disculpa y como si fuera poco, todavía logran que el principal perjudicado casi les termine pidiendo disculpas. Mientras, me quedo con la penúltima frase de Ostera en la entrevista, que lo resume todo:- (...) es indudable que estos modelos nos están indicando que parte de esas emisiones van a llegar a Argentina, pero hay que pensar que posiblemente la zona mas afectada sea la zona de Fray Bentos, simplemente por la capacidad de dilución, la posición de la chimenea y ese tipo de cosas así.
- Hay evidencias a partir de los modelos, y también existen evidencias concretas obtenidas en mediciones que han detectado compuestos probablemente emitidos por la planta, eso es así.
Aún así, esa información debería ser analizada por los profesionales, a ver si yo no dije ciertas cosas que, tomadas aisladamente, sin criterio profesional, pueden producir alarma y no es la intención nuestra de ninguna manera que pase eso.Un visionario el tipo.
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