El del miércoles 16 de enero fue el último número de planB, un interesante proyecto concebido por El País para competir con La República, aunque por estilo, formato y precio, siempre quedó la sensación de que su rival más cercano era la diaria.
Las razones son, al menos públicamente, desconocidas. Uno supone que las causas de cierre de un medio son más que nada económicas, pero el caso de planB es extraño, porque El País tiene espalda para bancar más de un proyecto como este, que ni siquiera llegó a cumplir su año de vida. Ya que como muestra bien vale un botón, en la vereda de enfrente se ubica la diaria, que hace casi dos años la viene remando, basada únicamente en sus suscriptores y en escasa publicidad y que hasta ahora no tiene intenciones de decir adiós.
Ramiro Alonso, responsable junto a Lucio Orstein del diseño del desaparecido diario, menciona en su blog algunas de las posibles teorías que justificarían lo que él llama "el fracaso editorial": falta de promoción, demasiadas notas políticas, ni deportes ni espectáculos reflejados en la tapa, la poca potencia gráfica de esta o el escaso staff periodístico. A su entender, la respuesta más simple sería que tenían "el diario barato, para leer en 20 minutos, pero no el metro dónde leerlo", en referencia a los medios de circulación gratuita tan comunes en países como España o Estados Unidos.
También hay quienes atribuyen el cierre a la incapacidad de la directiva de su "empresa nodriza" para manejar un producto de buena calidad, aunque sus resultados económicos no sean los mejores. Incluso hubo quien me habló de una inversión importante en la compra de un nuevo equipo de imprenta por parte de El País, por lo que se habría visto en la necesidad de recortar gastos y lo primero que marchó fue el benjamín de la familia. No tengo idea si esto es verdad o no, aunque sería la razón más fácil de averiguar.
planB era un producto interesante, hecho por un muy buen equipo de periodistas y diseñadores. No era gratis, pero tampoco era caro: 15 pesos por 24 páginas de información es un precio más que razonable. Quizás la mejor argumentación posible fue la que me dio el kioskero amigo cuando el martes pasé a comprar el penúltimo ejemplar y comentamos el próximo cierre: "Fijáte que por 4 pesos más, tenés a La República con el doble de páginas y a veces hasta casi el triple. Será pura mierda, pero a la gente le gusta que le llenen el ojo". Sin ir más lejos, la edición de hoy anuncia 112 páginas, aunque supongo que incluye hasta los avisos clasificados. Hace un par de años, cuando Federico Fasano decidió vender su diario a 15 pesos un día por semana, además de ponerse en contra a todo el sindicato de canillitas, notó un incremento en sus ventas. Tiempo después, con el único fin de joder a toda su competencia, terminó ofreciendo su diario a 19 pesos todos los días, incluidos los fines de semana. Y aunque no tengo la más mínima noción de las ventas de La República, no dudo que el kioskero tenga algo de razón.
Dejando las especulaciones a un lado, nunca es bueno enterarse del cierre de un buen medio en un país donde la prensa, a pesar de los esfuerzos de muchos, hace rato que viene barranca abajo gracias a las decisiones y acciones de sus mandos superiores.
A toda la gente de planB, mucha merde.
* la imagen contiene todas las cabeceras de tapa de los últimos días del diario, o lo que Alonso gustó llamar "catarsis gráfica".
Links relacionados:
- Resumen del proyecto de planB (por Ramiro Alonso, en el blog de la SND, setiembre 2007)
- Despedida de planB en CuatroTipos (además de un detallado análisis gráfico, enero 2008)
Las razones son, al menos públicamente, desconocidas. Uno supone que las causas de cierre de un medio son más que nada económicas, pero el caso de planB es extraño, porque El País tiene espalda para bancar más de un proyecto como este, que ni siquiera llegó a cumplir su año de vida. Ya que como muestra bien vale un botón, en la vereda de enfrente se ubica la diaria, que hace casi dos años la viene remando, basada únicamente en sus suscriptores y en escasa publicidad y que hasta ahora no tiene intenciones de decir adiós.
Ramiro Alonso, responsable junto a Lucio Orstein del diseño del desaparecido diario, menciona en su blog algunas de las posibles teorías que justificarían lo que él llama "el fracaso editorial": falta de promoción, demasiadas notas políticas, ni deportes ni espectáculos reflejados en la tapa, la poca potencia gráfica de esta o el escaso staff periodístico. A su entender, la respuesta más simple sería que tenían "el diario barato, para leer en 20 minutos, pero no el metro dónde leerlo", en referencia a los medios de circulación gratuita tan comunes en países como España o Estados Unidos.
También hay quienes atribuyen el cierre a la incapacidad de la directiva de su "empresa nodriza" para manejar un producto de buena calidad, aunque sus resultados económicos no sean los mejores. Incluso hubo quien me habló de una inversión importante en la compra de un nuevo equipo de imprenta por parte de El País, por lo que se habría visto en la necesidad de recortar gastos y lo primero que marchó fue el benjamín de la familia. No tengo idea si esto es verdad o no, aunque sería la razón más fácil de averiguar.
planB era un producto interesante, hecho por un muy buen equipo de periodistas y diseñadores. No era gratis, pero tampoco era caro: 15 pesos por 24 páginas de información es un precio más que razonable. Quizás la mejor argumentación posible fue la que me dio el kioskero amigo cuando el martes pasé a comprar el penúltimo ejemplar y comentamos el próximo cierre: "Fijáte que por 4 pesos más, tenés a La República con el doble de páginas y a veces hasta casi el triple. Será pura mierda, pero a la gente le gusta que le llenen el ojo". Sin ir más lejos, la edición de hoy anuncia 112 páginas, aunque supongo que incluye hasta los avisos clasificados. Hace un par de años, cuando Federico Fasano decidió vender su diario a 15 pesos un día por semana, además de ponerse en contra a todo el sindicato de canillitas, notó un incremento en sus ventas. Tiempo después, con el único fin de joder a toda su competencia, terminó ofreciendo su diario a 19 pesos todos los días, incluidos los fines de semana. Y aunque no tengo la más mínima noción de las ventas de La República, no dudo que el kioskero tenga algo de razón.
Dejando las especulaciones a un lado, nunca es bueno enterarse del cierre de un buen medio en un país donde la prensa, a pesar de los esfuerzos de muchos, hace rato que viene barranca abajo gracias a las decisiones y acciones de sus mandos superiores.
A toda la gente de planB, mucha merde.
* la imagen contiene todas las cabeceras de tapa de los últimos días del diario, o lo que Alonso gustó llamar "catarsis gráfica".
Links relacionados:
- Resumen del proyecto de planB (por Ramiro Alonso, en el blog de la SND, setiembre 2007)
- Despedida de planB en CuatroTipos (además de un detallado análisis gráfico, enero 2008)
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