Las crónicas y las valoraciones a raíz de la muerte de Mario Benedetti están olvidando dos aspectos importantes de su biografía.
El primero, que fue un formidable humorista. Entre 1956 y 1961, bajo el seudónimo Damocles, escribió en Marcha unas deliciosas crónicas costumbristas en las que satirizó sin piedad un montón de uruguayeces. Las mismas fueron recopiladas por Alfa en 1961, en un libro titulado Mejor es meneallo. Esta obra nunca figura en las reseñas de la bibliografía de Benedetti, lo cual es una enorme injusticia porque, además de estar muy bien escrita, es desopilante. Esas crónicas, a pesar de estar dedicadas a temas de aquellos años, mantienen una notable actualidad.
El segundo aspecto que cabe destacar es la humanidad de Mario. Solíamos cruzarnos en SEUSA (él trabajaba en La Mañana y yo en El Diario) y en Marcha. Lo recuerdo como un tipo con el que se podía discrepar sin perder la calma, ni la amabilidad, ni los afectos. Algo que hoy es de difícil ocurrencia.
Pero toda su grandeza humana pudo ser comprobada en el exilio. A partir de 1980, la justicia militar decretaba algunas libertades de presos políticos, pero la dictadura los mantenía confinados en San José y Yi, en calidad de “internados por medidas prontas de seguridad”. Según establece la Constitución (en estos casos los militares la mentaban), en esa situación el preso puede obtener la libertad si acepta irse del país. Pero muchos de esos detenidos no tenían la plata para el pasaje.
Los que estábamos exiliados en Barcelona, al enterarnos de estas situaciones, “mangueábamos” a quien se pudiera tratando de conseguir el dinero. Desde el Comité de Solidaridad con Uruguay llamamos varias veces a Mario, que entonces vivía en Palma de Mallorca, le planteábamos el problema y a las pocas horas teníamos un giro por una cantidad importante. Por esta vía, ayudó al menos a media docena de presos políticos a recuperar la libertad. Y en uno de esos casos mandó la plata para la totalidad del pasaje.
Como no todo lo que escribió Mario me gusta (aunque tiene cosas que me encantan) mi recuerdo y mi homenaje apuntan a su sencilla y discreta solidaridad. Porque me olvidaba: mandaba el dinero para los pasajes, pero con la condición de que no se hiciese público el origen de la donación.
18 mayo 2009
Damocles Benedetti Solidario
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18 comentarios:
y como periodista tampoco lo rescatan. para mí fue lo mejor que hizo.
y cada vez que lo digo me llueven piedras.
Carlos, me gustaría mencionar otro olvido. El de "El país de la cola de paja". No escuché ningún obituario que destacara el rol de crítico social, vinculado con el humorismo que vos mencionás, que Benedetti tomó en ocasión de ese librito tan contundente y actual.
¿Se te ocurre alguna razón? A mi si, pero primero quiero escuchar las tuyas.
ésa era una de las cosas en que pensaba en mi comentario anterior: en el país de la cola de paja. lo vivo perdiendo y comprando en tristán narvaja. para mí que me lo afanan. lo voy a escanear, por las dudas.
Hoy, en varias radios y en el discurso de María Simón se mencionó El país de la cola de paja y él suedónimo de Damocles. No atribuyo ninguna intención a esta tardanza; quizás influyó que hace mucho que no se reeditan estas obras y ya no están entre las más nombradas y/o conocidas.
Compré una vieja edición de Mejor es Meneallo, hace un par de meses, también en Tristán, lo que son las cosas. Me parece muy bueno y disfruto releyendo sus páginas de vez en cuando. Punto Martini, Carlos.
¡Ah, bueno!
¿Cómo es eso de: Se ha guardado su comentario y podrá visualizarse una vez que el propietario del blog lo haya aprobado?
Propietaria ortiva.
No quiero parecer irrespetuoso hacia el muerto, pero ante la total uniformidad acerca de la bonhomía del mismo me gustaría hacer algunas observaciones de alguien que no lo conoció en persona.
No me cabe ninguna duda de que debía ser una persona muy amable y generosa en persona, pero me llama un poco la atención -aunque puede haber sido una reacción de lógico respeto- como se soslayó un poco cierto lado feroz del discurso político de Benedetti, y que en cierta forma es un capítulo más en el proceso de limpieza de imagen de la izquierda revolucionaria de la década del 60-70.
Es decir; Benedetti, como uno de los fundadores del 26 de Marzo fue parte de la cara política y legalista de una guerrilla que mataba personas, en aras de una sociedad mejor -según ellos-, pero con resultados más bien funestos. No voy a juzgarlo por ello, pero es una clase de decisión y compromiso de consecuencias complicadas, y no recuerdo una línea de Benedetti reflexionando al respecto sobre su rol tanto como político o como bardo alentador de un cambio violento. Por otra parte, Benedetti nunca renegó -que yo sepa- del 26 de Marzo, ni siquiera cuando el mismo generó el seispuntismo, una de las facciones más siniestras de la izquierda local -esencialmente dedicada a promover la purga y el castigo de otros presos políticos en los penales de la dictadura. Eso tampoco tiene poemas ni nouvelles, que yo sepa.
Tengo la impresión de que Benedetti íntimo y Benedetti político eran dos criaturas en las que él mismo no se reconocía. Por ejemplo, al suicidarse el coronel represor Rodríguez Buratti, la diaria citó en su portada una frase muy conocida de Benedetti y que reza: "Un torturador no se redime suicidándose, pero algo es algo." Benedetti se enfureció porque el diario utilizara dicha frase en el contexto del suicidio real de un torturador, pero, ¿sobre qué creía que estaba escribiendo? ¿era un torturador arquetípico o platónico el de su frase? ¿hay cosas con las que se está de acuerdo en el papel pero no en la vida? Si no me equivoco, toda la prédica de Benedetti "comprometido" sostiene exactamente lo contrario.
El libro sobre mitos tupamaros de Leonardo Haberkorn parte en su prólogo de una anécdota surgida de una entrevista con Benedetti realizada por Haberkorn para El Gatopardo, en la que el periodista relata como la amabilidad y bonohomía de Benedetti se disolvieron de inmediato ante la mera mención del nombre de uno de los renunciantes al MLN en el 74 (Kimal Amir), a quién Benedetti calificó de inmediato como "un traidor". Una afirmación muy discutible para quienes hayan estudiado la historia del MLN y de los renunciantes -que no fueron delatores como Amodio ni nada por el estilo, y que al menos un par de ellos fueron ejecutados por la dictadura meses después-.
A lo que voy es que no dudo de la generosidad de Benedetti con su círculo de conocidos y con sus compañeros de causa, pero algún día se podría discutir acerca de si esa generosidad también está realmente presente en su discurso, y si no habrá gente para la que Benedetti no fue nada bondadoso.
Con respecto al comentario de Benito, sin duda todos tenemos un cadaver en el ropero, y más cuando hablamos de esa época tan fermental como contradictoria. No lo juzgaría por esas cosas,y menos mezclar al los seispuntos con el "26" de Mario. No creo que se lo merezca ni él ni nadie.
Y con Mejor es meneallo, es un libro que cayó en mis manos allá por el 72 o 73, puedo decir que desde entonces no he dejado de releerlo. Es más: fue el causante de mi fanatismo por toda esa camada de escritores fabulosos que -Bolsilibros, mediante- son sin duda los padres el actual humor (inteligente) uruguayo.
Perdonen la intromisión.
Yo, repito, no es que quiera crucificarlo por tupa ni nada por el estilo, quiero relativizar algunas cosas de la presentación hagiográfica de Benedetti y
El 26 "de Mario", entre cuyos fundadores estaba alguien a quién admiro más que a Benedetti -Daniel Vidart-, era una organización más bien siniestra, cuyo objetivo era no sólo mantener una fachada política del MLN, sino también el reclutar cuadros para el mismo en las universidades -algo a lo que parte de la línea fundadora se oponía-. El peso propagandístico de la figura de Benedetti para un movimiento así era, por supuesto, inconmensurable. Y en cierta forma su responsabilidad también: era el poeta de los amores de oficina y el que los pendejos del liceo copiaban en sus cartas a sus compañeras el mismo que escribía en El cumpleaños de Juan Ángel aquello de "matar es un agrio deber".
Por otra parte el 26M ha sido históricamente inseparable del seispuntismo, y son ellos mismos (cf. su propia historia oficial en su página) los que reivindican al seispuntismo como forma de autodefensa. Es cierto que Benedetti estuvo en los últimos años muy distanciado del 26M y se había convertido más bien en un frenteamplista vagamente independiente, y es cierto que una entrevista del año 2000 el escritor decía "Se ha demostrado que con la lucha armada no se pueden arrancar cambios..", pero jamás leí una autocrítica de él acerca de su papel como propagandista del 26M.
Tal vez no tendría por qué hacerla; el hombre fue coherente con su identidad de izquierda toda la vida, pero me parece sí uno de esos clásicos intelectuales románticos del Siglo XX que hasta el final fueron incapaces de entender las consecuencias de sus actos. Porque las palabras son los actos de los intelectuales. Me parece que la anécdota que yo mencionaba sobre su incapacidad de asumir su propia alegría ante hipotéticos suicidios de torturadores es bastante representativa.
Eran tiempos revueltos y todos tenemos calaveras en nuestros armarios; sin embargo yo estoy seguro de no tener ninguna tan fea como la canallada de haber sido el único intelectual importante que defendió la encarcelación del poeta cubano Heriberto Padilla -a quién Castro metió en cana "alusiones antirrevolucionarias" en su libro Fuera del juego, algo que fue condenado por decenas de intelectuales de izquierda, pero no por Benedetti, que en aquel entonces era el director del Centro de Investigaciones literarias de Casa de las Américas. Para el pobre Padilla, Benedetti no tenía nada de bonachón.
Yo respeto el compromiso y las decisiones fuertes, pero también la responsabilidad y la conexión entre el discurso y el acto. Después de semanas de leer noticias presentando a Benedetti como una versión poética del Dalai-Lama, me permito el señalar sus aristas puntiagudas. Sobre todo porque son de las que lastimaron a terceros. Nada más, el resto es literatura o algo parecido.
la claridad conceptual de benito en estas dos aclaraciones solo me provoca envidia y bien poco sana, yo además diria cosas peores y más confusas pero no tengo ganas
debería imprimir esos coments y llevarlos conmigo
gracias benito
benito, quiero ser tu amiga
Dejo este comentario a solicitud (y en nombre) de fer, quien no puede hacerlo por misteriosas cuestiones técnicas de blogger:
No voy a defender a Benedetti porque no me interesa ese bardo, aparte de que su personalidad pública siempre me pareció muy antipática.
Pero no entiendo ese reclamo de "autocrítica", y menos cuando viene de afuera de los grupos que hacían de ésta un instrumento constitutivo cotidiano.
Solicitar una autocrítica desde afuera suena más a estar pidiéndole a alguien que se disculpe, que pida perdón. ¿Benedetti se comprometió a
algo con benito o con sus lectores en general? ¿Por qué debería
autocriticarse-pedir perdón en público?
fer
Ok; dejemos de lado el término "autocrítica" que -desde el punto de vista marxista, para el resto de los humanos no necesariamente es así- parece remitirse a la interna de los cuadros de determinada organización.
Cuando escribí lo anterior sabía que mi referencia a la "autocrítica" iba a ser tomada por alguien -por fer o por quién sea- como una reproducción más de un acostumbrado pedido de la derecha de reclamarle a los antiguos militantes armados una "autocrítica" sobre su rol histórico, que en realidad sería una especie de mea culpa -que por otra parte la derecha jamás hizo- apuntada a desvalorizar la opinión de quién tiene un pasado polémico.
Pero yo creo, sí, que alguien como Benedetti debería pedirme perdón a mí y a todos sus coterráneos, y no sólo por esas cosas en 5-7-5 sílabas que quiso pasar por haikus.
Benedetti como intelectual orgánico fue un actor político-revolucionario. Me chupa un huevo el que nunca haya agarrado un fierro o que, como deja saber como de bobera el viejo zorro de Mujica, no haya matado a nadie. Hay algún lugar borgeano en el que se guardan las estadísticas imposibles de cuántos pendejos pasaron de "corazón coraza" a "matar es un agrio deber" y luego a la clandestinidad y luego a la nada.
Yo creo que Benedetti sí se comprometió, tal vez no conmigo que no soy un coetáneo suyo, pero si con la comunidad uruguaya de su tiempo, sobre la que tenía una considerable influencia, y mucho. De hecho, siempre se enorgulleció de ser un "intelectual comprometido", entonces, ¿a qué le decimos "compromiso"? ¿volvemos a esa costumbre de hacer como el Chavo y decir que "fue sin querer queriendo"? Compromiso es compromiso, y es una palabra casi idéntica de responsabilidad.
Benedetti fue castigado por ese compromiso: tuvo que exiliarse y, según su testimonio, la pasó muy mal. No hay por qué no creerle, pero estoy seguro que no la pasó peor que algunos parientes míos en el Penal de Libertad. O que Padilla en las cárceles de La Habana.
Yo no soy cristiano y el pedido de perdón me chupa un huevo (el otro en relación al que me chupaba arriba), pero me da cosa la pública inconsciencia de las responsabilidades. No creo que nadie esté obligado a hacer permanente acto de contrición, ni a vivir auto fustigado, pero Benedetti hizo de su imagen pública una imagen de víctima arbitraria, y me hubiera gustado leer algo de él que reconociera lo que tal vez no haya sido un horror moral, pero que seguro -las pruebas están a la vista- fue un error histórico.
No estoy en contra del compromiso intelectual, al contrario, y de hecho lo valoro mucho y aún en una sociedad desintelectualizada como esta le sigo atribuyendo un gran poder. Y lo decía el tio del Hombre-Araña: "a grandes poderes, grandes responsabilidades".
Me hubiera gustado leer una línea de ese hombre al que han propuesto como la medida mayor de la bondad pidiéndole perdón a Padilla, o a Arenas, o a los pibes que decidieron pasar de las palabras a los actos confiando en palabras que son como actos.
En la actualidad la derecha ha tenido el brutal triunfo ideológico de haber convencido a la humanidad de que lo injusto, inviable e insostenible es justo, perpetuo y natural. La izquierda ha tenido el triunfo moral -en realidad mucho más humilde en una sociedad capitalista- de convencer que una responsabilidad penal, o moral, justificada desde la derecha es más grave que una justificada desde la izquierda. Yo soy un gran enemigo de la teoría de los dos demonios y creo que los crímenes hechos desde el Estado (como los de Pinochet pero también como los de Castro, que Benedetti admiraba tanto) son mucho más peligrosos socialmente que los realizados desde la ilegalidad, y que deben ser perseguidos con mucho más rigor. Claro que a las víctimas eso les importa un carajo; están muertos y no hablan. Pero también soy enemigo de la teoría del demonio único y el santo resistente, que parece ser la predominante hoy en día y que parece destinada a llevar al poder a un personaje con enormes responsabilidades de desgracias históricas.
La verdad se va develando. El poeta del amor era un viejo siniestro. Y vos Benito, encarnás el pensamiento oligárquico y contrarrevolucionario. Y estoy segura que, considerando las perspectivas electorales, yo soy la primera que te lo digo pero no voy a ser la última.
Insisto en que de ninguna manera voy a defender ni vida y ni obra de San Mario, menos aún después de haber escuchado hoy en el programa de Viglietti ese espantoso poema (y van...) que el bardo oficial de la izquierda oficial le dedicó a Soledad Barrett, tratando supongo de emular la bellísima oración por Marilyn Monroe de Cardenal. No lo salva ni el contrapunto con la canción de DV, cuya letra puede preciarse de unos cuantos versos felices y es una muy linda canción.
Tampoco comparto la visión de un demonio único contra los santos inocentes, no sólo porque sé a ciencia cierta que no es verdadera –nací en el 64, entre otras cosas– sino porque en general no me gusta el lugar de víctima (aclaro que no hablo desde “la superada”, me resulta más fácil adoptar una postura política anti-víctima que una personal...).
De un modo u otro fuimos tan víctimas de la dictadura como de los tupamaros, y nunca está de más repetir lo que es cierto. Al igual que es muy cierto que el terror estatal es más grave, aunque el terror revolucionario no deja de ser terror.
Pero el reclamo por la declaración de (ir)responsabilidad de los artistes comprometidos que hace benito sigue postulando santos inocentes. Los lectores presa de la propaganda poetizada. A mí me resulta insultante para cantidad de jóvenes. Quiero creer que la gran mayoría de los que fueron de “porque te tengo y no” a disfrutar del suicidio de un torturador lo hicieron movidos por su libre albedrío. Serán unos mongos, pero la responsabilidad es de ellos, no del santo poeta, que encima es mediocre.
Yo creo en el “arma cargada de futuro”. Estoy esperando al poeta joven que va a hundir a ese lamentable ídolo de barro, sin reclamarle nada. A pura verba.
fer
Creo que entiendo los puntos de fer y benito y me voy a meter un poco si melón permiten. Estoy en parte de acuerdo en lo que dicen los dos.
Para mí el punto importante es que no interesa la bondad y amabilidad de una persona que ayuda a exiliados si tomo partidos por cosas tan desubicadas como fidel o los tupa o lo que sea, no me interesa juzgarlo pero tampoco me sirve el asunto de que eran tiempos difíciles y había que tomar partido por unos o por otros. No me interesa la bondad de un niño porque es un ser incompleto y estúpido y cuando tenga que elegir entre una pelota nueva y ayudar al prójimo seguramente elija la pelota nueva, no se lo puede culpar es un niño todavía no sabe nada, pero es primitivamente egoísta como todos. Es un ejemplo rebuscado, pero hoy en día pasa lo mismo, resulta que hoy no son tiempos difíciles a priori y hay personas que son capaces de dejar la vida en una discución política defendiendo a larrañaga o al pepe, para ellos mi mas profundo desprecio y no me interesa si donan anualmente un millón de dólares a unicef , son seres incompletos e incapaces , incapaces de no caer en un juego de dialéctico mediático, maniqeuísta como le gusta decir a los piola ahora, e infiero que como se equivocan en esa idiotez se equivocaran en otra de un momento a otro y justificarán un asesinato o se pondrán gomina como imbéciles.
Después hay otro punto que es un utilizar el crédito como artista con fines políticos, eso hoy en día es hasta común, a mi me sigue llenando de verguenza.
No me interesa benedetti en lo más mínimo como literato o persona, pero endiosificar a alguien como gran persona , a alguien que tuvo errores de percepciones de la realidad tan gruesos no me cierra, quién sabe cuantos otros menores cometería es lo primero que se me ocurre, de todos modos lo interesante son los puntos de vista de fer y benito, desde luego que si bien no es necesario una revisión y un pedido de perdón de don mario, una revisión pública y mea culpa de sus adherencias hubiera ayudado a su imagen como ser humano, eso si, para los que creen en el bien y el mal , yo por supuesto estoy más allá.
En realidad no estoy en absoluto en desacuerdo con lo que dice fer: yo no creo en la excusa autómata de que alguien puede considerarse inimputable de sus actos por un estímulo artístico, ni en pedo. No era eso lo que quería decir; sino que el tipo también fue parte de una estructura propagandística, y las estructuras propagandísticas tienen sus cuotas -posiblemente inverificables pero que todos sabemos existentes- de responsabilidad. En realidad no le quiero sacar el cuero a este hombre que posiblemente haya sido razonablemente bueno; es que ante su muerte -y aún sabiendo que la muerte convierte en santo hasta a Exú o a Demian-, hubo como una exageración en cuanto a recalcar la aparente bonomía casi gandhiana del hombre. Yo no creo que nadie abrace la guerrilla por admirar un poema revolucionario, ni que nadie vaya a chorear por ser fan de Damas Gratis o La Base, pero es una falacia de la libre expresión el sostener que determinados estímulos no colaboran en la estructuración de un sistema de valores, particularmente cuando provienen de artistas admirados.
Eso no lo sostengo yo; lo sostenían Gramsci, Brecht y casi todos los aparatos culturales de los movimientos revolucionarios.
El blanqueamiento a nieve santa de un artista/político o lo que sea, identificado profundamente con un movimiento, y su conversión en héroe o santo es también el blanqueamiento de su organización. Y nadie es inocente al respecto.
No es por ser ortiba pero este debate es históricamente intrascendente. Como siempre pasa en estos casos, Benedetti pasará a la historia como gran escritor, y no sólo porque está muerto, sino por haber sido un tipo comprometido y polémico. Mientras que sus críticos contemporáneos seguirán siendo anónimos.
Y en cuanto al blanqueamiento de su organización... es inevitable. Para la gente de izquierda la muerte de Benedetti es un lamentable aliciente para votar a Mujica. El viejo no podía elegir peor momento para morirse. Estamos condenados.
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