Si la muy difundida afirmación de que cada pueblo tiene el gobierno que se merece se aplicara al periodismo, es probable que no admitiera tantos cuestionamientos como la versión original.
Mientras en Uruguay perdemos el tiempo debatiendo las obsecuentes opiniones de un megalómano, en EEUU lloran a su más respetable y estimado periodista: Walter Cronkite, conocido como "el hombre más fiable"* de su país por su tan impecable como extensa trayectoria, murió el pasado viernes a los 92 años.
Cronkite era el Forrest Gump del periodismo norteamericano, presente en cada suceso histórico de su país a partir de la II Guerra Mundial. Fue uno de los ocho periodistas elegidos por la Fuerza Aérea para acompañar a los escuadrones bombarderos en Alemania y aterrizar junto a una de las divisiones de asalto aéreo en la fallida operación Market Garden; tras el fin del conflicto, cubrió los juicios de Nuremberg como corresponsal jefe para United Press.
Su editorial de febrero de 1968 tras su regreso de Vietnam -adonde había viajado para reportar los resultados de la ofensiva del Tet-, sorprendió a una audiencia demasiado habituada a recibir una visión parcial del conflicto: "Ante lo evidente, decir que hoy estamos más cerca de la victoria es creerles a los optimistas que ya se han equivocado en el pasado. Sugerir que estamos al borde de la derrota es de un pesimismo excesivo. Asumir que estamos estancados en un punto muerto parece ser la única conclusión realista, aunque sea poco satisfactoria. En el remoto caso de que los analistas políticos y militares tengan razón y este sea el último hálito de vida del enemigo previo a las negociaciones, en los próximos meses debemos analizar sus intenciones. Pero personalmente, me resulta cada vez más claro que la única salida racional será negociar, no como vencedores sino como personas íntegras que honraron su promesa de defender la democracia e hicieron lo mejor que pudieron". El impacto de sus palabras fue tal, que de acuerdo al relato de uno de los asistentes del entonces presidente Lyndon Johnson, al finalizar la transmisión el ex mandatario declaró: "Si perdí a Cronkite, perdí a la clase media".
La crisis de los misiles cubanos, la llegada a la luna, el asesinato de Martin Luther King y el escándalo de Watergate son algunos de los más relevantes eventos cubiertos por Cronkite. Su influencia supo alcanzar nivel internacional en 1977: en una entrevista con el presidente egipcio Anwar El-Sadat, este declaró que -de ser invitado- iría a Jerusalén a entrevistarse con el Primer Ministro Menajem Begin. Al día siguiente, Begin cursó la invitación correspondiente y así se iniciaron las conversaciones que culminaron con el Tratado de Paz entre Egipto e Israel de 1979, tras más de 30 años de conflicto.
Cronkite renunció al informativo de CBS el 6 de marzo de 1981, habiendo liderado las mediciones de audiencia durante más de una década, tras superar a la cadena rival NBC a finales de los años 60. "And that's the way it is" ("Y así son las cosas") era su frase diaria de despedida. Avísenle a Jorge Traverso que ya no lo va a denunciar por plagio.
* Durante la década de 1970 e incluso en los años 90, todos los sondeos de opinión sobre los personajes públicos más confiables situaban a Cronkite en el primer lugar de las preferencias.
Enlaces:
Fotogalería de la revista LIFE
Remembering Walter Cronkite (CBS)
1 comentarios:
No conocía mucho su historia, pero es un gran ejemplo de periodismo. Tipos así nacen cada tanto y nos dan ganas de seguir por este camino que elegimos.
salú!
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