Apoyos irracionales

La Dirección General Impositiva (DGI) resolvió clausurar Tienda Inglesa por 6 días. Su dueño y director, Robin Henderson saltó diciendo que los motivos son un "misterio" y que todo se debe a "complicaciones burocráticas" de la DGI. Es raro que Impositiva se juegue a mandarse una gran cagada sin tener razón. Los empleados salieron a protestar con unas banderas uruguayas flamantes y con los dobleces marcados; algunos también blandían unos prolijísimos carteles pintados con esa letra característica de oferta de supermercado. Y atrás de los empleados también salieron a reclamar muchos de sus clientes. Porque son solidarios, buenos clientes y mejor gente. O no se sabe por qué. Firmaron su mensaje de apoyo en cualquiera de los libros colocados para tal fin en cada sucursal de Tienda Inglesa. Como esos que hay en los velorios, pero con leyendas un poco más optimistas. Hubiera estado bueno ver algún "lo acompaño en el sentimiento" pero el humor brilla por su ausencia últimamente. Todas eran críticas hacia los "envidiosos de siempre" o "el poder de turno". Entonces aparece el señor Henderson y dice que va a demandar al Estado uruguayo por 40 millones de dólares. Cuarenta, sí. Y aunque sea mentira, sus abogados le dijeron que tiene grandes posibilidades de ganar. Aunque le lleve los años que le quedan de vida. Un juicio al Estado. A todos nosotros. Incluso a los que firman mensajes solidarios de apoyo. Ustedes: sepan que están defendiendo a un tipo que piensa hacernos un juicio por 40 palitos verdes. Manga de nabos.