Bielsa, compadre

El canciller argentino, Jorge Taiana, acusó hoy a Uruguay de violar un tratado bilateral con Argentina, vigente desde 1975, que tiene por objetivo principal asegurar la calidad de las aguas del río Uruguay, por ser un río compartido. Las aguas del Río de la Plata también son compartidas y sin embargo contaminadas enormemente por Argentina, pero de eso no se habla. No importa. El hecho es que Taiana realizó esta acusación ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados argentina, integrada entre otros, por su antecesor en el cargo, Rafael Bielsa.

A mediados de 2005, Bielsa renunció a su cargo de canciller para presentarse como candidato a diputado por la ciudad de Buenos Aires en las últimas elecciones legislativas; casualmente, Taiana peleaba por el mismo puesto, pero por la provincia (ciudad y provincia conforman el distrito electoral más importante de Argentina). Bielsa ganó la diputación, pero renunció a su banca ante el ofrecimiento de Kirchner para que fuera su embajador en Francia. Haciendo gala de una locuacidad sorprendente, el ex canciller declaró en ese momento que fue una decisión "muy difícil". El gobierno argentino justificó la designación aduciendo que se trataba de una "clara señal" para el tercer mayor inversionista de su país, dados los "buenos antecedentes" de Bielsa como ministro de Relaciones Exteriores. En ese momento, las relaciones franco-argentinas estaban algo tensas a raíz de un conflicto con el grupo Suez, accionista principal de Aguas Argentinas (empresa privatizada durante el gobierno menemista), que resolvió vender su participación por "diferencias insalvables" con el Gobierno. Unos meses antes, el entonces embajador francés Francis Lott había acusado a la administración Kirchner de mantener "actitudes populistas" en el trato con las empresas extranjeras.

La decisión de Bielsa fue criticada tanto por sus adversarios como por su aliados políticos. Todos ellos insistieron en recordarle una frase pronunciada durante su campaña: "Doy mi palabra de honor: si la ciudadanía me honra con la elección, yo voy a ser diputado. No cabe siquiera imaginar otra posibilidad. Eso sería defraudar a la gente. No soy un defraudador."

Al día siguiente de su nombramiento, Bielsa dio marcha atrás: renunció a la embajada y anunció su juramento como diputado. Se justificó diciendo que "escuchó a la ciudadanía con su reclamo de credibilidad". Su excusa sonó tan creíble como para jamás llegar a pensar que en realidad la negativa vino desde Francia.

Un año antes de su triunfo, Rafael "Credibilidad" Bielsa se reunió con el entonces canciller uruguayo Didier Opertti. Luego de ese encuentro, ambos cancilleres declararon que habían arribado a un "entendimiento para trabajar en la protección del medio ambiente” y se comprometieron a hacer transparente el proceso de instalación y funcionamiento de la plantas de celulosa. El pacto incluía la realización de un monitoreo regular de la fábrica, una vez que estuviera en funcionamiento, para evitar una eventual contaminación ambiental. Incluso firmaron un protocolo declarando "solucionado el diferendo sobre las plantas de celulosa".
De todo esto ya hace un par de años. Desde hace unos meses, Bielsa empezó a manifestar públicamente su opinión acerca de las plantas (¿quién no a esta altura?). En contra, por supuesto, porque Bielsa es muy creíble. Lo increíble es su falta de memoria y principalmente, su excelente capacidad de navegación en la corriente política que le sea más cómoda (o redituable). Pero hoy Taiana acusa a Uruguay de lo mismo que hacen ellos y para no ser menos, Bielsa aparece de atrás diciendo que dada la información con la que él contaba, "esas plantas contaminarán". Entonces, ¿con qué clase de información contaba cuando decidió hacer el acuerdo con Opertti?

Fuentes: Clarín, La Nación, El Observador