Website Ribbon Cursos para/lelos: Porque un poco de autobombo nunca viene mal

30 septiembre 2007

Porque un poco de autobombo nunca viene mal

Amorío se escribe sin hache
Por Leonardo Haberkorn
Publicado en planB - 28.09.07

El libro oficial para segundo año de escuela está lleno de faltas de ortografía. Lo denunció el diario Últimas Noticias el 3 de setiembre. La obra, que tiene el noble objetivo de "fomentar el razonamiento del niño" según la página de internet de la Presidencia, contiene múltiples errores idiomáticos. "¿Haz tocado una oveja o lana recién esquilada?", le pregunta a los niños, confundiendo ‛haz’ con ‛has’. Las palabras ‛más’ y ‛qué’ aparecen sin tilde, ‛pizzería’ aparece una vez con doble zeta y otra con una sola, hay mayúsculas donde no deben ir y oraciones sin punto final.

Muchos medios de comunicación pusieron el grito en el cielo por los errores del libro, lamentables por cierto. Uno de ellos fue El País. Uno de sus columnistas, el ex ministro de Educación y Cultura Antonio Mercader, dijo que el libro perpetraba un "atentado contra la lengua española" al contener una "cadena de atropellos a la gramática, la ortografía y la sintaxis de la lengua". Según Mercader, los errores "desnudan el desprecio por el idioma que socava la educación pública y se convierten en emblema de la decadencia de nuestra forma de hablar y de escribir".

Quizás Mercader no sepa que existe un interesante blog que acusa a El País de cometer esos mismos pecados. Se llama Cursos para/lelos y su autora, la enigmática Daniela, se dedica a recoger errores de algunos medios de prensa. El País es su segunda víctima favorita: en el blog están escaneados o fotografiados varios errores ortográficos, de sintaxis, redacción e información publicados en las páginas de papel o digitales de El País. Uno puede ver en Cursos para/lelos que El País publicó el 17 de setiembre una noticia sobre la ñieta de Mirtha Legrand. Que el 13 de julio informó sobre temperaturas de 30 grados bajo cero en Uruguay, que el 10 de julio dijo que Mariano Arana es el ministro del Interior y el 30 de junio tituló en la primera plana de su edición de papel: "Por razones económicas se fue el 65% de los uruguayos".

Hay dos posibilidades: o Uruguay quedó vacío o el buen manejo de la sintaxis escasea no sólo en Primaria. Otro de los columnistas de El País -quien firma un espacio semanal con el seudónimo de Pepe Preguntón- también criticó el libro de segundo año escolar y lo indicó como otro ejemplo de las cosas horribles que ocurren en "el país del Pepe [Mujica]": "Lo único que está terminantemente prohibido es la excelencia. En ‛El País del Pepe’ todo es posible. Los libros de estudios pueden tener faltas de ortografía..."

El País no debería tirar piedras en los tejados ajenos en nombre de la excelencia perdida. Hace unos días (atención, Daniela), por ejemplo, publicó una noticia sobre el diputado José Amorío Batlle. Claro que es difícil hacer un diario sin errores, y ese tipo de equivocación suele colarse en todo medio de prensa. Pero lo curioso es que un diario llame tantas veces José Amorío Batlle al diputado Amorín Batlle. "En el grupo que lidera Jorge Batlle, en tanto, la precandidatura más probable es la de José Amorío Batlle" (16 de setiembre). "El diputado José Amorió Batlle dijo a El País que ‛está claro’ que Ancap está haciendo negocios con la petrolera venezolana Pdvsa" (21 de agosto). "Amorío Batlle afirmó que Uruguay tiene claramente la necesidad de exportar más" (17 de enero de 2006). "El diputado de la lista 15, José Amorío Batlle, calificó de demagógica la alocución del mandatario" (4 de agosto de 2005).

Pepe Preguntón dice muchas verdades. Lo malo es que cultiva ese maniqueísmo que tanto daño le hizo a Uruguay en décadas pasadas. La enorme distancia que nos separa de toda excelencia no es sólo culpa de Mujica, ni de un único gobierno, ni de un solo partido político. Es un problema un poco más complicado. El país del Pepe es también el país de Amorío Batlle.

Daniela y sus Cursos para/lelos disparan munición gruesa. La televisión uruguaya es objeto de críticas demoledoras. Pero la principal obsesión de Daniela es el diario El Observador y su edición digital Observa. Son tantos los errores, que si cada uno de ellos no estuviera escaneado o fotografiado, uno no podría creerlo.

"La alviceleste a la final", tituló Observa el 20 de julio en referencia al mundial sub 20. "Conosca la city de Homero", nos propuso el 22 de agosto con respecto a la película de los Simpson. "Nueva descepción", lamentó el 26 de julio tras el fracaso de Andrés Silva en los Juegos Panamericanos. Daniela muestra una página de El Observador en donde, a propósito de la película uruguaya Acné, se dice: "Es un largometraje uruguayo que se centra en las complijadades del mundo adolescente". Un artículo publicado el 10 de abril habla de una "ave corroñera", del periodista argentino "Chiche Gelblum" (es Gelblung) y de tirarse una "cañita al aire". Y todo en una única crónica, que el periodista firma con orgullo y todo.

Hay notas de El Observador debidamente documentadas que hablan del premio Nóvel, del golfista Tiger Goods y de un terrible accidente que sufrió en Uruguay el mayor crucero del mundo, el Queen Mary II, y ningún otro medio reportó: "El crucero Queen Mary II encalló con todo su esplendor y lujo este sábado en Montevideo". Leer Observa y El Observador puede ser muy inquietante. "Un 90% de los uruguayos menores de 30 años consumen pasta base", informó el 17 de abril. Sobra una matanza estudiantil en Estados Unidos escribió: "El hecho ocurrió en el campus universitario de Virginia Tech, en Washington, cuando un hombre ingresó armado de su ex novia a la residencia en la que viven 895 estudiantes".

Por algún motivo, en el blog de Daniela no suelen aparecer muchos ejemplos de incorrecciones cometidas en otros medios escritos. Será porque algunos tienen menos errores o porque Daniela no los compra con frecuencia. Todos los periodistas cometemos equivocaciones. En estas mismas páginas, algunas semanas atrás, al criticar a los que elogian a la dictadura china, yo confundí el nombre del periodista argentino Andrés Oppenheimer y lo llamé Mauricio Oppenheimer, como el empresario uruguayo. Sepan disculpar los lectores. Esta misma página de planB dice "septiembre" cuando debería decir "setiembre". Eso ocurre porque se compra un programa de armado de periódicos en España y, por ahorrar unos pesos, no se le exige a quien lo diseña que lo adapte a Uruguay, donde lo correcto es decir ‛setiembre’. Lo mismo ocurre en El País. ¿Alguien piensa que un diario de Brasil o de Francia haría lo mismo? Es de esperar que nuestros periódicos no compren sus próximos programas en Estados Unidos, porque tendríamos que escribir "Penharol juega manhana".

El problema no es cometer un error. El problema es llegar a un punto de desprecio por la calidad en el que ya todo da lo mismo. El problema es haber llenado las redacciones de periodistas todavía no formados, no por amor a la juventud, sino porque a ellos se les puede pagar menos. El asunto es haber llenado las radios de pseudo periodistas que no saben hacer otra cosa que leer los diarios al aire. ¿Qué decir de la televisión que no se haya dicho ya? Cuando pasa la medianoche, en Canal 4 la hora se indica: 24:01, 24:02, 24:03...

En otro país, a Daniela ya la habrían contratado como editora o jefa de corrección de algún medio. En Uruguay no. Acá la calidad no cuenta, cuenta llenar el espacio. Los medios de comunicación se manejan como si fueran fábricas de bulones. Las cualidades tradicionales que debía tener un periodista para hacer carrera (curiosidad, cultura general, dominio del idioma, espíritu crítico y rigor profesional) han sido sustituidas por otras nuevas: bajo costo y docilidad ante las presiones y decisiones empresariales, por torcidas que ellas sean. Las faltas de ortografía son un efecto colateral. Sólo cuentan cuando las cometen otros.

Que la prensa critique el lamentable libro en el que deberán estudiar nuestros niños es lógico y correcto. Pero qué bien le vendría un espejo.

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