Cuando el Che mandó parar (y no le hicieron caso)
Por Leonardo Haberkorn
Publicado en Plan B 12.10.07
El Che Guevara llegó a Uruguay el 2 de agosto de 1961, cuando caía la banda del “Mincho” Martincorena. Venía para participar participar de la asamblea de Consejo Interamericano Económico y Social (CIES) en Punta del Este. Era el ministro de Industria de Cuba. (...) Guevara llegó a Uruguay junto con Dick Farney pero, a diferencia de lo ocurrido con “el astro de la canción brasileña”, los diarios grandes no informaron de su llegada.
Recién dos días después El País escribió: “las convenciones internacionales nos obligarán a recibir por unos días, en tierras de Artigas, a esa excrecencia”.
El Día dio la noticia el 12 de agosto, cuando el CIES ya había empezado a sesionar: “Arribó al país, el pasado 2 de agosto, uno de los principales verdugos del pueblo cubano (...) Esta fiera ensangrentada, cuya crueldad sufre todo un pueblo amigo, no bien llegó a Punta del Este, se instaló en una residencia reservada al estilo de un Hitler, un Mussolini, un Kruschev”. (Seguir leyendo)
Por Leonardo Haberkorn
Publicado en Plan B 12.10.07
El Che Guevara llegó a Uruguay el 2 de agosto de 1961, cuando caía la banda del “Mincho” Martincorena. Venía para participar participar de la asamblea de Consejo Interamericano Económico y Social (CIES) en Punta del Este. Era el ministro de Industria de Cuba. (...) Guevara llegó a Uruguay junto con Dick Farney pero, a diferencia de lo ocurrido con “el astro de la canción brasileña”, los diarios grandes no informaron de su llegada.
Recién dos días después El País escribió: “las convenciones internacionales nos obligarán a recibir por unos días, en tierras de Artigas, a esa excrecencia”.
El Día dio la noticia el 12 de agosto, cuando el CIES ya había empezado a sesionar: “Arribó al país, el pasado 2 de agosto, uno de los principales verdugos del pueblo cubano (...) Esta fiera ensangrentada, cuya crueldad sufre todo un pueblo amigo, no bien llegó a Punta del Este, se instaló en una residencia reservada al estilo de un Hitler, un Mussolini, un Kruschev”. (Seguir leyendo)
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