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27 junio 2008

Dictaduras

Ayer Adeom decidió endurecer el conflicto con la IMM, y un rato más tarde se suspendió el recital que Lisandro Aristimuño daría en el Solís a las 21 horas. No sé cuantas entradas se llevaban vendidas. Presumo que más de la mitad, por lo menos. Pero eso poco importa. Sean 100, 500 o 1000 las personas que se clavaron por la medida. El tema es que compraron una entrada para ir a un concierto el jueves 26 y ahora tienen que ir el martes 1º. Seguramente algunos no podrán asistir ese día porque tienen previsto hacer otra cosa. Sé que al leer esto muchos pensarán que este es un tema menor, quizá una frivolidad. Si Adeom no duda en dejar una semana la ciudad convertida en un basural, y a la gente juntando basura en la casa, con el riesgo sanitario que ello implica, qué mierda les va a importar que unos cientos de personas se queden sin ver un concierto. Me parece igual de grave, porque en ambos casos estamos ante un avasallamiento discrecional de los derechos de terceros, que no son responsables del conflicto. Y si continúan en esa línea de acción, mañana van a parar el transporte a las siete de la tarde y pasado van a cerrar las policlínicas barriales por tiempo indeterminado. Todas estas son imposiciones abusivas. Y me tienen recontrapodrido.


En lo que tiene que ver estrictamente con los espectáculos públicos, esto viene pasando desde hace mucho tiempo. En octubre del año pasado boicotearon el festejo de los 60 años de la Comedia Nacional con una función gratuita de "La cantante calva" el 2 de octubre. Este año levantaron la primera función de "Don gil de las calzas verdes", un espectáculo de una compañía española que estaba previsto desde un año antes, generando terrible distorsión a 500 personas que tuvieron que canjear sus entradas para otras funciones, y que en su mayoría se enteraron en el hall del teatro, donde se registraron escenas de calentura al por mayor, con el propio director del teatro pidiendo disculpas personalmente a los pobres giles que se clavaron.

Este mes se suspendió un concierto de la Filarmónica y dos funciones de "Bodas de sangre". Lo de la orquesta es aún más grave, porque los músicos ensayan 20 días para cada concierto, que es único. No se hizo ese día y cagaron. No se hace más. 20 días de laburo tirados a la basura. Es como un expediente que demore un mes, y que el día del paro venga un delegado de Adeom y lo rompa en frente de las narices del contribuyente y del funcionario que lo trabajó. Si el director de la orquesta invitado para la ocasión es extranjero se irá y recomendará en su país no aceptar ningún otro convite de Montevideo. Lo mismo los actores españoles.

El Solís en este caso, y los elencos estables están con las manos atadas. No pueden hacer nada, y además existe pavor de enfrentarse a Mabel Lolo y sus gorilas. Si yo fuera abogado voy corriendo a ofrecerle mis servicios a Lisandro y todos los demás para hacerle un juicio a Adeom por los daños y perjuicios ocasionados. Decí que el tipo por lo menos se sacó las ganas de cantar esa noche y lo hizo de onda en un boliche cercano, para unos pocos.

Hoy se cumplen 35 años del día más triste de la historia uruguaya. El día que comenzó la dictadura militar. Salvando las distancias, el manoseo y el abuso que propina Adeom a los montevideanos me recuerda demasiado al de una dictadura. Unos pocos imponiendo por la fuerza sus decisiones al resto de los ciudadanos. Vaya mi más radical repudio a este tipo de personas. Recién conocí la democracia cuando tenía 10 años, y no quiero más dictaduras.


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